Noche de furia, de magia, de lo imposible, de la vitalidad del Balonmano en Antequera. El Dólmenes Antequera gana 31 a 22 al Anaitasuna, un equipo de Asobal, en el inicio de la Copa del Rey.
Chispi dijo en su día que un partido con 30 goles no se puede perder y así lo hizo su equipo. Pero no sólo ganó, sino que apeó a un equipo que es séptimo en Asobal, la máxima categoría del balonmano español.
Y se consiguió gracias al juego de equipo, donde todos suman (hasta diez jugadores materializaron goles) y no se amilanaron ante un equipo de categoría superior. Y al final del partido, nos enteramos que la gastroenteritis ha dejado al equipo tocado esta semana: Cristóbal, fuera de la convocatoria y se notó que Nacho Moya, Nacho del Castillo y Aitor Gómez no se habían recuperado.
En el minuto 23, con 7 a 9 a favor de los navarros, Oso Mendieta para un siete metros tras la tarjeta roja a Antonio Pérez Chica. Acción protestada y que respondió el portero con un paradón que presagiaba la proeza.
Y se ganó porque se creyó y porque todos lo quisieron. Desde la portería, donde Oso Mendieta cuajó un gran primer tiempo, llegando a un 12 a 11 al descanso. Una primera mitad donde a Loren Ruiz no le tembló la muñeca y aprovechó sus minutos iniciales, con un siete muy joven, junto a Álex y Edu Escobedo.
Recital de Fran Alarcón
Y en la segunda mitad, salió Fran Alarcón y paró por arriba, por abajo, de disparo, de contragolpe, desde los siete metros, con fortuna, sin ella… Hasta tal punto que mantuvo a cero su portería entre el minuto 35 a 40, pasando del 13 a 13 al 17 a 13, lo que llevó al equipo a seguir empujando. Lo importante que es frenar los ataques rivales, para coger impulso en los ataques.
En esos cinco minutos, además de las paradas del portero de la casa, Álex la mata tras un carrerón y Fran para con desventaja en el campo. A los goles obvios de Jota, Fernan, Martín Molina o Aitor, se sumaron, todos, incluso Loren que avisó que cuando haga falta, ahí está para lo que necesite el equipo.
Y con un 24 a 17 a falta de cinco minutos, tiempo muerto de Chispi que pidió cabeza y terminar la faena. Faena de oreja y rabo y a soñar en la siguiente eliminatoria. El que inventara la eliminatoria a un partido y en campo del de menor categoría, dio vida a esta competición.
