El conjunto blanquiverde, cuarto clasificado en la tabla con 51 puntos, no pudo sumar una nueva victoria ayer en su visita Jaén. Los hombres de José Jesús Aybar cayeron por la mínima (1-0) frente al Real Jaén, perdiendo su condición de invictos después de once jornadas consecutivas sin conocer la derrota y haber sumando un total de seis triunfos seguidos desde el comienzo de la segunda vuelta.
Con la derrota de ayer, los blanquiverdes ven como uno de sus rivales directos en la pugna por jugar la liguilla de ascenso al término de la campaña, mete tierra de por medio en la clasificación. La derrota deja al cuadro local, a cuatro puntos de los jiennenses y a dos de los Almerienses, que actualmente ocupan la tercera plaza. Por detrás, empatado a puntos (51), le sigue el Huétor Tajar en quinta posición y en la sexta Motril, con 50 puntos.
No fue un partido vistoso para los aficionados. De hecho, ninguno de los dos equipos tuvo un juego relativamente vistoso. El encuentro estuvo cargado de respeto y temor al rival. Ninguno quería renunciar al control de la posición, intentando sacar el balón jugado desde atrás, sin perder el juego típico que caracteriza a ambos conjuntos, más si cabe al Antequera, que desde que Aybar es entrenador la filosofía del ‘pelotazo-balones arriba’, muy extendida en el juego de los clubes de Tercera, no es una opción.
Los antequeranos tuvieron el control del esférico durante buena parte del partido, pero faltaba los más importante: los goles. Los antequeranos no querían asumir riesgos en ataque, manteniendo la posesión en todo momento, pero el tiempo pasaba y no creaban ocasiones de peligro en el área rival para mover el marcador del empate, lo que incentivó al cuadro local a mejorar en defensa y buscar al contragolpe la meta de Luisma. Hubo que esperar hasta el minuto 20 para ver una jugada clara de gol. Rivera, probó con un disparo tímido la portería antequerana, que no cogió puerta. La respuesta de los nuestros llegaría de las botas de Gámiz, que probó fortuna al poco tiempo, armando un fuerte disparo desde la frontal, que se marchó bastante desviado.
A diez minutos de la conclusión, el Antequera pecó de confianza en algunas jugadas, intentando sacar el balón jugado desde atrás, ante la incesante presión de los jiennenses. Tanto, que en una jugada en el minuto 35, el jugador local Beda, interceptó un balón en el área, que estuvo a punto de ser gol de no ser por Luisma, que atajó un disparo mordido de Montes. El gol se palpaba en el ambiente. A los antequeranos le entraron las dudas y en el 39 una conexión entre Armero y Montes dio sus frutos adelantando a los jiennenses, que consiguieron su anhelado gol al filo del descanso.
Con un tanto en contra se esperaba que los nuestros reaccionaran en la segunda parte, pero no fue así. El fútbol se tornó en espeso. El Antequera seguía asumiendo todo el peso de la posesión pero no atinaban a romper las líneas de la zaga defensiva del cuadro blanco. La segunda mitad se tornó en espesa. Solo destacó una jugada polémica en el minuto 73. Los locales reclamaron un posible penalti por mano en el área blanquiverde, que el árbitro negó pese a la insistencia de algunos jugadores del cuadro jiennense.
En la recta final, con el tiempo encima, los de Aybar buscaron el gol por activa y pasiva. Buscando profundizar por las bandas y colgar centros al área para cabecear a gol, pero sin fortuna, ya que ninguno de los balones iba con demasiado peligro. Con el pitido final, los antequeranos vieron como se esfumaba su racha de imbatibilidad de seis encuentros consecutivos ganando y doce sin perder. Quizá el castigo fue excesivo, pero sin el gol no se ganan partidos.
Toca seguir, y desde ya pensar en la visita del conjunto lojeño la próxima jornada. Un partido que se antoja complicado atendiendo al buen estado de forma que atraviesa el Loja, que de estar al filo del descenso, ha levantado el vuelo, pasando a ocupar a día de hoy la séptima plaza con 44 puntos. Más información, edición impresa sábado 3 de febrero de 2018 (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).