Otro año más, los Reyes –espléndidos en sus papeles, como los pajes– adelantaron su visita a Antequera y, en lugar del tradicional día 5, llegaron el 4. Fue, gracias al deseo del Ayuntamiento de que visitaran a cuantos más antequeranos mejor, y, además de a los niños por las calles y en sus recepciones el Ayuntamiento, como luego en la Cabalgata y en cada hogar, los antequeranos (y cada año más comarcanos) que por la edad o por encontrarse en residencia o el Hospital no hubieran visto a Melchor, Gaspar y Baltasar, fueran visitado in situ por Sus Majestades que, además de su presencia, de su saludo, de sus buenos deseos, les llevaron cientos de kilos de caramelos y los tradicionales regalos de la Obra Social de Unicaja.
No queremos repetirnos pero, un año más, hay que insistir en que el esfuerzo municipal, representado por Carmen Pena, como responsable de Cultura y Festejos, el de su gran equipo encabezado por Manuel Aciego con la ayuda de todos los miembros de la Fundación Municipal de Cultura y otros funcionarios municipales, entre ellos la Policía Local, fue tan grande como valioso. Las caras de los ancianos de las Hermanitas (¡con repique de campanas recibieron a los Reyes!), La Vega, ADIPA –indescriptible las caras de esos niños grandotes que son sus internos–, las otras residencias, y el Hospital, ¡Señor, el Hospital!, con sus visitas a los mayores y a los niños y la entrega de regalos preciosos, desde «peluches» a «scalestrix», y caramelos y más caramelos, demostraban una alegría incontenible, como esos amigos de Archidona que acababan de tener a su quinta hija o esa amiga nuestra que acababa de ser operada de la matriz… El director Médico del Hospital, como lo hicieron las directores de Las Hermanitas, ADIPA o «La Vega», nos recalcaban que en el estado de cada cual, una alegría así, les suponía una inyección de moral, una ayuda en sus padeceres, unos momentos inolvidables…
Y la recepción en el Ayuntamiento y la entrega de placas que los niños de Antequera entregaron a los Reyes y a quienes destacan en sus esfuerzos no suficientemente conocidos y nunca valorados, quizá, como merecen, la Cabalgata en sí… En una palabra, en esta Cabalgata, que es la XL que se celebra en los últimos años en nuestra Ciudad, los Reyes traían ilusión a raudales que ojalá sea embajadora de un gran año para Antequera, de unión entre todos, para trabajar JUNTOS por Antequera y para Antequera. A pesar de la crisis y de lo que sea. Si todos –Ayuntamiento, Asociaciones de Comercio y Turismo, comerciantes, profesionales– unen sus fuerzas, será mucho más fácil que el año no sea tan malo como algunos dicen. Pero hace falta lo que vimos en la Cabalgata, considerarla un esfuerzo común del Ayuntamiento, Industriales del Polígono y Comerciantes, Unicaja –que contó con el bueno de «Eroski»– y de esta forma, el éxito está asegurado. Empieza bien el año 2010, tan emblemático, en Antequera… ¡Que ojalá concluya de la misma manera!