Sí, sí, ha leído bien. “Por más Bolaños y Ayuso en nuestra vida”. Ya conocemos lo que pasó, hemos escuchado las reacciones y analizado lo política y protocolariamente correcto y no tanto. Ahora vamos a exponer una reflexión que nos surgió tras ver los vídeos dichosos.
Ojalá se saque lo positivo que se pueda extraer de los sucedido. Nos imaginamos a un ministro, como hizo Félix Bolaños, que se salte el protocolo establecido y busque cómo llegar hasta ese despacho responsable de la subida de la luz. Y que consiga que se rebaje y no suba más y así ayude a tantos y tantos hogares españoles.
Qué decir de una presidenta como Isabel Díaz Ayuso que sea capaz de ayudar a esos padres y madres que se ven apartados de poder ver seguir viendo a sus hijos, tras la separación entre ellos.
Nos encantaría ver el vídeo de un ministro que llegue a la puerta de ese lugar que decide si se destina más o menos dinero a la investigación del Alzheimer, el cáncer o las enfermedades del corazón. Y que insista e insista hasta que lo consiga. Y con esa acción, se salven vidas y se eviten las desgracias que sufrimos.
Estamos a la espera de un presidente que se dé la mano con otro de otra comunidad que no sea del mismo color político y muestren lo que nos une y no lo que les separa. ¡El avance que daría la Democracia el día que los presidentes sean presidentes y los ministros, ministros, y dejen de priorizar los intereses políticos sobre los de los ciudadanos, que son a los que se deben!
Estamos contando los días que faltan para que un ministro venga a solventar los problemas del agua, buscando un plan de construcción de nuevos pantanos, plataformas que aprovechen el agua residual o las tan esperadas desaladoras.
Ya queda menos para que un ministro se plante en cada comunidad autónoma y busque una política educativa que sume y no que aísle a territorios. Alguien que establezca que, por ejemplo, si se va a construir un Puerto Seco, lo primero que haya que hacer es promover una formación óptima para que el empleo surja de la población próxima.
Seguro que al ver lo sucedido en Madrid, más de un cargo con responsabilidad política caiga que son ejemplo y si ellos actúan de esa manera: ¿cómo van a exigirle a un ciudadano que no se salte la cola en un establecimiento público o privado? ¿Cómo van ser ejemplo de cumplir las normas que se establecen en nuestra sociedad?
Dándole vueltas a estas imágenes, pronto llegará el día en el que un ministro, una presidenta, una ministra, un presidente, se salten las normas para garantizar una vivienda, un empleo, una educación, una salud, una vida amparada por los derechos y obligaciones de nuestra Constitución.
Ha llegado el momento que una autoridad vaya a un banco, a un organismo y le diga a los responsables que no se puede obligar a usas las nuevas tecnologías para todo, que precisan ser escuchados, ayudados, para sus gestiones, porque gracias a ellos, tienen su lugar de trabajo.
Porque al final, en cada hogar español, el problema no es si te invitan o si te corresponde estar, el problema es que no sabes cómo llegar a final de mes, de trimestre, de año. Lo que preocupa es la educación y el futuro de los tuyos. Saber si puedes superar esa enfermedad, si puedes vivir solo y emprender tu vida. Al final, claro que sí hacen faltan más Bolaños y Ayuso para romper con las barreras tan absurdas que creamos en nuestro día a día.