Antequera, como todos los municipios españoles, está inmersa en la campaña electoral. Aunque habría que preguntarse cuándo no se está. Llega un período en el que todos quieren saber lo que buscarán esos más de 30.000 antequeranos llamados al voto.
Asistimos al inicio de campaña a las 12 de la noche del jueves 11 al viernes 12 de mayo. Una vez más, como tantas otras veces, observamos cómo es literalmente una “pegada” de carteles donde las euforias llevan al insulto y el insulto a las euforias. Se sigue viviendo lo de las “dos Antequeras”, los que vencen y los que pierden. Algo que va por barrios, por colores, por épocas de gobierno y de oposición. Mal ejemplo por una y otra parte, para los vecinos y personas que van a votar el 28 de Mayo.
Pero vayamos a lo que importa. Llegan quince días para reflexionar. ¿Nos gusta la Antequera que tenemos o creemos que hace falta un cambio? Si nos gusta la Antequera que tenemos, ¿hay que ampliar la confianza en el partido que gobierna o dar puerta a algún pacto?
Ante otras opciones. ¿Somos de ideas fijas en un partido o ideología y estamos de acuerdo con su política o queremos darle un toque de atención y votar a otra formación?
Ante las listas presentadas. ¿Es mejor menos partidos o merma la alternativa? Ante la utopía de las listas abiertas. ¿Alguien de los que se presenta optaría por la posibilidad de votar por 21 nombres de una misma o diferentes listas o seguimos con este proceso como está establecido?
Sobre lo que se vota. ¿Nos dejamos llevar por las siglas o somos los que buscamos las caras y las personas? En cuanto al programa. ¿Nos interesa tenerlo y leerlo o nos basta con las promesas de las ruedas de prensa y mítines?
Propuestas-confrontación. ¿Optamos por escuchar manifestaciones en contra del otro candidato o somos los que nos gusta un debate político?
Propuestas. ¿Qué es lo que Antequera necesita? ¿Se busca el bien común o lo que nos afecta a nosotros personalmente? ¿Se cumple lo que se promete cuando se gobierna? ¿Se promete lo que no se puede hacer cuando se sabe que no se va a ganar?
Son muchas preguntas y muchas incógnitas. Si nos basamos en los datos de 2019. De las 32.186 que podrían ir a votar, ejercieron su derecho, 19.926 ciudadanos, el 61,91 por ciento del censo. ¿Por qué no fueron a votar 12.260 vecinos? ¿No les interesa la Política, están tan decepcionados que no intentan ni ir a votar?
Son muchos votos los que se quedan sin realizar y por eso todos los partidos optan por llamar a ir a las urnas. Se prevé que la participación sea vital o para respaldar de nuevo al partido en el poder, o para buscar un cambio. La clave estará en quien consiga mayor confianza.
Ningún voto está ya en las urnas, por lo que de aquí al 28 de Mayo, todo es posible. En doce años, se han cambiado los puestos PP y PSOE. Los que ganaron durante siete comicios (consiguiendo entre 10 y 13 concejales y 7.666 y 12.527 votos) vieron cómo desde el 2011, llegaron al poder a los que se les resistía el Ayuntamiento. Y van a por el cuarto mandato.
Con permiso de IU y Vox, el PP podría conseguir sus mejores resultados (más de 11 concejales y de los 9.317 votos de 2011) y el PSOE de los peores (6 concejales en 1979 y 6.331 votos en 2019). Los electores decidirán el resultado y dónde poner a cada uno.
