Este fin de semana concluye el período de piscina pública municipal descubierta, un lugar donde familias con niños han tenido un parque de agua, sol y alegría para los más pequeños.
Siempre estarán los grandes parques acuáticos, las playas, piscinas de otras localidades, las de clubes sociales de la localidad o las particulares, pero ahí está la nueva piscina de Antequera.
Nada tiene que ver con la anterior, más grande, con la pequeña para niños y con algunos problemas puntuales de uso y saturación. El pasado fin de semana pudimos comprobar cómo funciona y el trabajo fue más que satisfactorio. ¡Para repetir!
Para empezar, observamos cómo personas mayores optan por sacar los vales previamente en las dependencias deportivas. Los más jóvenes, con su móvil muestran al vigilante su reserva previa. Fácil, te das de alta en la web del Patronato y puedes ver los días y turnos disponibles. Por 2 euros puedes coger el turno de mañana o el de tarde o ambos.
Se accede por la Piscina Cubierta, sin rampas ni escaleras, salvando las que hay por la calle Antonio Mohedano. Tras la apertura a las 10,30 y entrar los primeros usuarios, el guarda permanece en la entrada del recinto.
En su interior, el socorrista y servicio de comida, bebida y helados, llevados por la Cayetana. Hay cuatro espacios diferenciados. Unos servicios al lado del quiosco de comida y la zona acuática para los pequeños. Y las sombras a ambos lados de la piscina grande, una con césped natural y sombrillas; y una segunda, ante el Fernando Argüelles, con césped artificial y toldos que dan cobijo.
La piscina grande tiene acceso por escalones y escalerillas con una profundidad máxima de 1,80 metros.
Pero la zona que más llama la atención es la de los tobagones infantiles. Padres pueden entrar en ella para el cuidado de los más pequeños que no pueden por sí solos utilizar el castillo central.
Además, hay pistolas fijas de agua para jugar y fuentes que refrescan. Y en el castillo, toboganes de varios tamaños. Y como sorpresa y diversión, el gran cubo de agua superior que al llenarse cae sobre el castillo, sorprendiendo a los más pequeños.
No paran de entrar, subir, desplazarse, correr, sonreír, en una zona infantil ideal.
Mientras tanto, las familias pueden llevar hasta sillas y mesas que junto al material que hay (tumbonas y sillas) pueden preparar sus reunión. No se restringe la entrada de bebida y comida por lo que se puede pasar un buen día entre familia y amigos.
El socorrista vela por el buen uso y que no se hagan saltos o juegos peligrosos o que molesten a los demás. Entre las personas que conversamos, destacan que se limite el aforo para que no haya saturación, así como el buen ambiente.
En cuanto a la silla para personas con problemas de movilidad, se arregló tras no estar habilitada, guardando la silla para cuando lo necesite la persona y la disponen en el lugar. Quienes la necesitan insisten en que debería estar siempre habilitada y no tener que esperar para pedirla.
Termina un verano donde muchos descubrimos la nueva vertiente de la piscina pública de Antequera. No es lo que fue y capta un rincón para los que no pueden o para los que optan en encontrar en su ciudad un lugar para tomar el sol y poder disfrutar con todos. Los niños, los más agradecidos por ese parque acuático que tienen a pie de calle en la zona del Paseo.