Ya no tienen ni el teléfono sin uso. Si se colocan, lo normal es que se quiten cuando no tienen necesidad. ¿Y qué hacemos en su sitio? ¿Un árbol, un banco, un panel con información, un azulejo contando historias?
Ese espacio público que se invadió precisa de ser liberado y pensar qué poner en él. La ciudad tiene que pensar en sella y sus vecinos. Tras invadirla, liberarla…