El pasado fin de semana nos deja fotografías para la memoria triste de nuestra Comarca, como esta imagen donde unas 12 horas después del temporal, ya no había agua, solo los destrozos del torrente que se formó en un lugar reservado para ella en la Naturaleza.
Pero con el paso de los años, tal vez por la sequía, o por el desarrollo, se está construyendo en cauces de ríos, arroyos o lagunas que… cuando llega una tromba de agua, buscan su sitio, como el del trágico punto entre Campillos y Sierra de Yeguas.
Quedan los dos coches y el camión de bomberos, donde trágicamente José Gil perdió la vida por acudir a salvar a una familia que iba en dos coches y por dar salida a sus compañeros que como él, se quedaron encerrados en su interior.
Hoy dominaremos el futuro, en cierto modo, con los móviles y las tecnologías, pero no podemos aún evitar catástrofes como la muerte del joven bombero antequerano.
Tras la tormenta, no vino la calma… pero sí la solidaridad de quienes salieron en ayuda de los que padecieron el fuerte temporal que llegó hasta casi los 400 litros por metro cuadrado…