No fue fácil, no lo fue. Perder el miedo en España ante los asesinatos de ETA, ante el poder estar señalado no fue fácil, pero se logró cuando la indignación de todo un país pidió el ¡Basta ya! con la muerte de Miguel Ángel Blanco.
Tras su asesinato el 12 de julio, Antequera se unió a todo un país unido, daba igual los colores, el partido político, las ideologías o religión, era necesaria esa unidad para que cesaran esos asesinatos. Se encendió aquellos días la llama de una mecha que llevaba tiempo esperando, llenándose de indignación y rabia. No fue fácil, pero se perdió el miedo, y aquel 14 de julio más de 6.000 antequeranos se unieron en busca de la paz y la libertad.