Estamos contemplando cómo las diferentes plataformas de cine y televisión, están produciendo productos de diferentes géneros. Cada una de ellas, desde Disney a Netflix, nos ofrecen películas y series con capas ideológicas, sociales… dependiendo del pie del que cojea cada una. No nos llevamos la mano a la cabeza, ya que desde que la producción cinematográfica se expandió con fuerza en Estados Unidos a primeros del siglo XX, de costa Oeste a Este, siempre ha sido así.
Por ello, cuando nos encontramos alguna película o serie que se desliga un poco del asunto comentado, aunque su mecenas en este caso sea Netflix, es una alegría. Hablamos de “Darkwater”, una producción “independiente” protagonizada por Mark Ruffalo. Su papel exitoso comoHulken los “Avengers” (“TheAvengers” de JossWhedon – 2012, “Avengers: Age of Ultron” de JossWhedon – 2015, “Avengers: InfinityWar” de Anthony y JoeRusso 2018 y “Avengers: Endgame” de Anthony y JoeRusxo, 2019) le permite volar (también como productor) y ofrecernos un cine de denuncia, y a su vez de toma de conciencia, frente al abuso de las grandes corporaciones.
“Aguas oscuras” pone los bellos de punta ante algo, en lo que quizás poner freno pueda ser casi imposible. Y lo peor, es que tras su visionado y analizando su denuncia, uno descubre que ese núcleo que genera el problema base de la trama de la historia, pertenece a un abanico de más de un centenar de problemas parecidos, amenazando la salud de la humanidad. Ruffalo golpea más fuerte que nunca en esta película, en lo más profundo de nuestra conciencia, y no le ha hecho falta ponerse verde.