Si preguntaran a los vecinos de Antequera por el posible candidato socialista a las próximas elecciones municipales, un número importante diría que no lo conoce, es cierto. La visibilidad del PSOE local está bajo mínimos, no solo por la fuerza y legitimidad de tres mayorías absolutas de los peperianos, también por el tipo de propuestas y la falta de empuje de un grupo que ha tenido larga representación municipal. Una de sus últimas actuaciones, rueda de prensa incluida, va dirigida a la Junta de Andalucía y ponen en duda el compromiso de ésta con la violencia de género, empleando la palabra “ambigüedad”. Se mojan poco o casi nada. Dicen y callan, porque las interpretaciones son muy diversas, pero no inocentes.
Las mujeres del mundo, todas, están en contra de la violencia del género y se sienten muy arropadas por la mayoría de los hombres, que aplauden el papel primordial que éstas tienen en la sociedad, las andaluzas, no somos la excepción. La Junta cuida y protege a sus mujeres, hace políticas para ir igualando las oportunidades. Queda muchísimo por hacer, pero poner en duda su compromiso con la violencia de género, no es justo.
Sí que es injusto que la ley trans esté ocupando tantos titulares. Su campo de acción no es tan extenso y los desaciertos y encontronazos se van a llevar por delate a muchos socialistas de bien que han contribuido a hacer una democracia plena en este país. Las municipales están a la vuelta de la esquina, pero queda tiempo para trabajar en temas que les preocupan a los ciudadanos. Solo con escucharlos se puede justificar el estar en un cargo público.
Se nos dio un aviso importante el último fin de semana de noviembre, la gran recogida del Banco de Alimentos puso en bandeja la precariedad de muchas familias, los carros de compra llevaban lo justo y necesario para el hogar familiar y no es difícil deducir lo que se pudo donar al Banco. Propongan maneras, ideen nuevas habilidades para hacer más efectiva su tarea y no gasten ni un céntimo en marear la perdiz que no se va a comer nadie. Gasten y luchen donde está la debilidad y el abandono, que por poco que les alcance la vista, se hace bien visible.