Viernes 18 de febrero, 20,12 horas, grupo de whatsapp de la promoción del Colegio María Inmaculada, Ana Belén comparte un vídeo con el mensaje: “¡Vamos a hacerlo viral!”. Y sin pensarlo, llegó y se compartió por los mágicos caminos de las redes sociales y el martes 22, en tan sólo cuatro días, consiguió uno de sus sueños: ¡conseguir un traje que permita caminar a su ahijada Natalia!
El lunes habíamos quedado para entrevistarles de nuevo, antes ya lo hicimos para Semana Santa donde nos compartía su experiencia cuando su padre, hermanaco del Cristo de la Buena Muerte y de la Paz, la aupaba con ayuda del hermano mayor Antonio Carrasco, para darle a la campana.
Pasa el tiempo, viene la pandemia y Ana Belén, su madrina, la amiga de los años de BUP y COU, observa con admiración y emoción las palabras de su hermana, María, la madre de Natalia, y de ella, la joven de 14 años que ha dado un vuelco a la solidaridad. Mientras preparamos la entrevista, sale el tema de la película “Encanto”, la última que han visto juntas en el cine. Mientras que asumes lo que escuchas tras su mascarilla, Mirabel se refleja en Natalia. ¿Qué don tiene? Pues el de unir a su familia, la de sangre y la de la solidaridad. Natalia muestra su corazón como es, derrocha el amor que recibe desde que nació.
Y es tan grande su encanto, su don, su corazón, que al ver la respuesta de la gente anónima, lo primero que hace tras agradecer el posibilitarle avanzar en su sueño, es el de ofrecerse a quienes empiezan en su lucha ante las adversidades de la vida. Quienes hayan visto la película de Disney, habrán podido profundizar en los dones de toda la familia y al final, el más importante de todos es el que pasa desapercibido…
Junto a ella y su madre, Ana Belén, como si fuera el hada madrina de Cenicienta tal y como la recordamos. Sacando su don hacia fuera, dando la cara por Natalia, compartiendo el vídeo en redes sociales y… ¡ofreciéndole un traje mágico a la joven gracias al hechizo del amor solidario en esta aventura! En el clásico cuento, a las 12 todo vuelve como estaba. En el moderno, el encanto ojalá sea para siempre; de momento cada vez que se lo ponga, tendrá de 24 a 48 horas para disfrutar de ellos. Y es ahí donde tenemos que aprender de ella, de ellas, de esta familia. El mayor don no es que haya conseguido el dinero para este esperado traje en cuatro días. El más grande y mejor es el amor, la confianza, la lucha, el ímpetu, de estar 14 años buscando una ventana abierta y encontrarla.
Lo que pase a partir de ahora, será otra historia, con sus dones, sus hechizos, su actos hasta fantásticos y milagrosos. Pero seguro que ninguno de los que están alrededor de Natalia, cambiaría nada por lo que han compartido en este camino tan complejo.
Ojalá nos quedemos con la inocencia de Natalia, el ímpetu de sus padres, la entrega de su madrina y el de toda su familia. El espíritu de la joven de 14 años ha venido para quedarse. Hay un nuevo don: se llama Natalia cuyo encanto ha sado a relucir su hada madrina. Ojalá hiciéramos la vida más fácil… “Daría abrazos a todos los que me han ayudado”, nos dice sonriendo y emocionándonos una vez más. ¡Gracias!
