¿Tiene alguien la más remota idea de cómo nos las vamos a apañar si esto sigue así? “Esto” es el agua, la madre de todas las cosas, que dijo un sabio. Sin ella no es que no nos falte de “na”, es que nos va a faltar de “to”.
Inútil decir que el servicio está garantizado a medio plazo, si no está en manos de nadie hacer que llueva a gusto de todos (en torno a los 600 litros de antes). Lo mismo: Al menos este año no exhiba usted su negacionismo con el cabrero o con el que sólo tiene olivos de secano; no es ni un triste consuelo decirle que la vida (del planeta) ha dado muchas vueltas. También ellos han visto por T.V. un embalse seco en Los Pedroches (ochenta mil personas sin agua potable); es como para poner nuestras barbas a remojar. Aquí y ahora –para el mañana, póngase en lo peor–, es tan pobre el régimen de lluvias que, a falta de otra cosa, vamos a tener que pensar en la autarquía: La política de este pan “pa” este queso y esta agua “pa”esta sed.
Como medida general, no derrochar ni una gota (córtese la mano al que tire de la cadena del WC por un pequeño pipí o una triste colilla); pero más en positivo, recuperar iniciativas de recogida de aguas, elementales en el mundo antiguo. Tendamos a la autonomía/autarquía: Cada cubierta de nave industrial (y cortijos, caserías), debería proveer de agua de lluvia para las necesidades de higiene y limpieza de la misma: no hace falta ser profeta para pensar que un día veremos una locura que WC, fregona o macetas consuman agua de boca.
Si a lo que vamos no es a un tiempo “metío en agua”, que se decía antes en otoño y primavera, sino más bien chubascos tormentosos, cojamos las pluviales (un tanque de poliéster de 50.000 litros vale 5.000 euros). Esto y cualquier otra cosa (depuración, reutilización, desalación), antes que poner en riesgo la teta del Torcal. Y, si hay que dar de beber al sediento (hablo del Valle de Abdalajís y su acueducto de camiones), que esto quede muy claro: ¿Es el agua o los portes? Si hay algo de verdad en los rumores, sería la forma más irresponsable de derroche.