Continuamos esta semana con la historia del IV Conde de la Camorra, Luis María Pareja Obregón.
El 22 de enero de 1844, se recibió y estudió en el Pleno del Ayuntamiento, un oficio de la Diputación Provincial de Málaga exonerando a Luis María Pareja, Conde de la Camorra, de su cargo de alcalde por los padecimientos que sufría, exoneración que él mismo había solicitado con anterioridad.
Consecuente a este escrito, se formó una Comisión compuesta por el segundo y tercer alcaldes y el síndico Joaquín de Lara, para estudio de esta cuestión, que emitió el siguiente informe.
Que visto el escrito de la Diputación Provincial, exonerando al señor Conde de la Camorra del cargo de alcalde primero de esta ciudad por sus padecimientos. “Es verdad que es digno de toda consideración la valentía con que el Sr. Conde en medio de su edad y achaques desempeña este puesto por 7ª vez desde el 1º de enero del año anterior, llevado solo por el bien de sus convecinos y que a no ser por la índole de tan noble sentimiento, ninguna otra persona hubiera prestado su aquiescencia, a la que corresponden estos habitantes y los individuos del Cuerpo Capitular con el mayor reconocimiento, descansando ufanos en la confianza de que teniendo a su cabeza al Sr. Conde de la Camorra, no temen a ninguna clase de peligros ni a las divisiones y rencores que la desgracia trae en combustión a otros pueblos.
La Comisión no pudiendo perder de vista los principios que lleva sentados y en los que descansa el verdadero bien procomunal que a VS está cometido, es de sentir:
1. Que respetando como respeta la orden de la Diputación Provincial, se sirva VS antes de darla su entero cumplimiento, suplicar al Sr. Alcalde Primero, tenga a bien continuar haciendo un nuevo esfuerzo en el ejercicio del cometido que esta ciudad, por medio de sus electores le confirió, en la segura inteligencia de que los otros señores alcaldes y demás individuos del Cuerpo Municipal le seguirán prestando todos los auxilios y deferencias a que es acreedor por todos conceptos y el estado de su salud requiere.
2. Que prestada su deferencia por el Sr. Conde en que la Comisión se promete de su delicado y fino comportamiento, se dé cuenta a la Diputación, de la que no se espera menos aprobará este paso, que en nada perjudica a las causas alegadas y a la justicia con que se las ha atendido.
3. Y que la comisión, formado este dictamen se ha tomado la libertad, conociendo el espíritu del Sr. Conde, de pasar reunida con el Sr. Secretario de la Corporación a impetrar del Sr. Conde su condescendencia antes del acuerdo de VS para que ni por un momento se aleje de estar al frente de las circunstancias.
Así lo han discurrido y determinado los que suscriben…
A continuación del informe de la Comisión, se diligencia en el mismo acta la respuesta escueta del Conde, tal como sigue:
“Conforme con lo que me propone la Comisión. Mientras pueda, cuente Antequera y su Ayuntamiento con mi existencia e inutilidad”. Fdo. El Conde de la Camorra.
Nuevas elecciones, renovación Ayuntamiento y cese del Conde
El 2 de marzo de 1844, se efectúa el escrutinio de las elecciones celebradas para la renovación del ayuntamiento. Al día siguiente, domingo, se reúne el Ayuntamiento cesante y el electo con la finalidad de efectuar el traspaso de la administración, pero bajo la presidencia extraordinaria del Jefe Superior Político de la Provincia de Málaga, Simón de Rodas, quien asiste a la misma con la clara finalidad de cesar al Conde y a los regidores que apoyaron y solicitaron justicia para unos funcionarios de hacienda sancionados por el Gobierno.
No se entiende su presencia si no es para hacer patente ese cese, pues en cualquier caso el Conde debía traspasar en ese acto la administración municipal al nuevo alcalde electo que lo era el Marqués de la Vega.
Asisten a la reunión, como decimos, los miembros de ayuntamiento actual y los concejales electos según el resultado del escrutinio del día anterior.
Constituida la sesión, se leyó por orden del Jefe Superior Político, un escrito que había elevado a su autoridad el Conde de la Camorra en fecha 29 de febrero pasado, en apoyo de unos funcionarios de hacienda que habían sido sancionados por el Gobernador, en el que se decía que “se remitía una misma solicitud de treces individuos del ayuntamiento, para manifestar al Jefe Político lo sensible que había sido la separación de varios empleados de hacienda y que esperaban que interpusiera dicho jefe político su influjo con el Intendente por si fuera posible variar la determinación”. (Se ignora qué ocurrió en la Delegación o Servicio de Hacienda, qué comportamiento tuvieron esos funcionarios y quienes, además del Conde, fueron los regidores que firmaron la solicitud dándoles su apoyo).
El Jefe Político preguntó en el acto: si era efectiva la postura mantenida en la exposición y si se ratificaban en sus firmas los solicitantes y respondiéndose que sí, ordenó que se leyese el art. 68 de la ley 14 julio de 1840, haciendo ver a los firmantes que aunque no hubiesen hecho esta exposición en cuerpo, habían faltado a la ley por haberse entrometido en negocios ajenos de sus atribuciones y que su autoridad y la del Gobierno no podían permitir la más mínima trasgresión, siéndole por ello indispensable adoptar medidas… a pesar de que entiende que no hubo mala fe… por ello… se limita a decretar la disolución del ayuntamiento (de hecho iba a cambiar ese día o en próximos) reasumiendo en sí la jurisdicción y entregándola al nuevo alcalde electo, Marqués de la Vega, Juan Narváez y Ferrer.
El Conde de la Camorra, a pesar de este desaire, hizo un sensato discurso haciendo constar: “que no fue la idea de desobedecer la ley, que acataba, lo que llevó a esos individuos a presentar la exposición citada y que daba plena satisfacción al gobierno y esperaba se depusiese toda idea que pudiera perjudicar la reputación de tantos hombres de honor”.
A partir de este cese y hasta su fallecimiento el 15 de abril de 1852, no se conocen más actividades públicas del Conde, seguramente vivió sus últimos años alejado del foco mediático de la política, en compañía de su hermano Ramón, la esposa de este (hija del Conde) y sus nietos, en su morada de calle Maderuelos.
En su testamento y codicilos posteriores ordenó que fuese enterrado en lugar sagrado que fuera de costumbre (él ya sabía que era el cementerio recién construido, el lugar de entierro oficial y no las iglesias y allí fue enterrado, no obstante su hermano el V Conde, tras los años reglamentarios trasladó sus restos a la iglesia de la Trinidad) y que a sus exequias le asistiera la cruz alta de la iglesia de San Sebastián, de la que era feligrés, vestido con el modo y forma que tuvieran a bien sus albaceas y que se celebraran sus funerales sin lujo ni pompa, porque así era su voluntad.
Donó para la redención de cristianos cautivos veinte reales y declaró que a raíz de los decretos de 1821 sobre restitución de mayorazgos a bienes libres dejando la mitad a los poseedores, había dado cumplimiento a los mismos y realizado la división con su hermano Francisco de Paula, su inmediato sucesor. (En otras familias de la nobleza esto dio lugar a bastantes pleitos entre hermanos).
Ordenaba asimismo se entregara el día de su fallecimiento, por una vez, a cada criado cien reales y dejaba bienes a su hermano Ramón y a los hijos de este, Luisa Pareja Pareja y Ramón Pareja Pareja (sus nietos en realidad), su hija y madre de estos menores ya había fallecido. Estos bienes, entre ellos el cortijo Tardón, estuvieron sometidos en principio a restricciones sucesorias para caso de muerte de estos herederos sin poder testar, restricciones que luego en codicilo suprimió.
Como albaceas nombró a su hermano Ramón, a José Moreno Burgos y Cayetano López y por codicilo posterior, al residir ahora en esta localidad, añadió a su hermano de padre Francisco de Paula, quien le sucedió en el título como V Conde la Camorra, al no tener Luis María descendencia legítima.
V Conde de la Camorra, Francisco de Paula Pareja Obregón y Rojas
Francisco de Paula Pareja-Obregón y Rojas, V Conde de la Camorra, nació en Antequera el 12 de agosto de 1807.
Era hermano de padre del anterior Conde Luis María Pareja, a quien sucedió. Fue miembro de la Real Maestranza de Valencia y nombrado alcalde ordinario por el estado noble en la ciudad donde vivía, Córdoba, el seis de octubre de 1831. Casó en la capital cordobesa el veintiséis de marzo de 1826, con María Dolores Aguayo y Bernuy, nacida en Córdoba el veinticuatro de abril de 1801.
Con anterioridad al enlace, el tres de marzo de 1826, le fue concedida en el Palacio del Pardo, licencia para contraer dicho matrimonio. Esta licencia la solicitó su madre, condesa viuda del Conde de la Camorra, Trinidad de Rojas y Narváez, tras hacer constar que no teniendo sucesión el entonces Conde, Luis María Pareja, debía ser su hijo, Francisco de Paula Pareja Obregón y Rojas, en quien recayesen los mayorazgos y títulos del Condado.
En cabildo celebrado por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, el 3 de agosto de 1841, se nombró a Francisco Pareja Obregón y Rojas mayordomo de la misma, en sustitución de su hermano el Conde de la Camorra. (F.F.C.C. 173-12).
El 16 de enero de 1843, Francisco de Paula restableció su vecindad en esta ciudad, procedente de la de Córdoba y al principio de su estancia apenas interviene en política, hasta que sucede a su hermano Luis María en 1852, como V Conde de la Camorra.
Con posterioridad, en febrero de 1853, Francisco de Paula presentó en el ayuntamiento certificación de su nombramiento, por parte de la Reina, como teniente hermano mayor de la Real Cofradía del Dulce Nombre de Jesús.