martes 23 abril 2024
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Debatir o discutir

La pasada semana les decía ser muy pocas las ocasiones en que por lluvias se había suspendido o aplazado prueba alguna de ciclismo.

No más ha tenido que discurrir la semana y les he de relatar que… aunque dos pruebas teníamos previstas para el fin de semana, una de Rally en Coria del Río (Sevilla) y la otra de Maratón en la localidad malagueña de Casares, ambas han sido postergadas para mejor fecha. El temor a las lluvias e inundaciones a los que en estos días estamos siendo sometidos, propició que los organizadores de las mencionadas pruebas lo sopesaran y decidieran aplazar sus pruebas.

Estas decisiones crearon alguna que otra discusión entre las distintas personas, Equipos y Clubes de Ciclismo que pretendemos pedalear el Calendario Andaluz de BTT y dado que como digo nos quedamos sin prueba deportiva a la que asistir, igualmente me quedé sin «pasto» con que alimentarles este modesto espacio.

«Dos no discuten si uno no quiere». Esta es una famosa frase muy extendida en el argot popular. Podríamos decir que es pura filosofía. Pero verán… les voy a dejar mi particular opinión.

Diccionario Ideológico de la Lengua Española, (Julio Casares, de la Real Academia Española). Debatir. Discutir, disputar sobre una cosa. Combatir, Guerrear.

Discutir. Examinar minuciosamente una materia, haciendo investigaciones muy menudas sobre sus circunstancias. Examinar entre varios algún asunto, exponiendo cada cual su opinión e impugnando la contraria.

Personalmente siempre tuve en mejor concepto… me sonaba mejor, el debatir que el discutir. Consultado el Diccionario tampoco me dejó muy claro cuál de los dos verbos habría de ser más adecuado para solucionar nuestras distintos puntos de vista y opiniones, dado que discutir podría ser sinónimo de debatir.

Aún así me inclino inequívocamente por la acepción explicitada por el diccionario al verbo discutir. Aunque dejando muy claro que todo ello es de relativa significación en tanto en cuanto la intencionalidad que pongamos en el uso de los mismos.

Se puede discutir con la sana intención de llegar a conocer las mejores decisiones a tomar en concepto de las distintas opiniones que sobre la «mesa» nos caigan.

O… nos podemos encontrar con personas que para minar nuestro estado de ánimo y por ende, nuestra propia capacidad para dilucidar las mejores soluciones, nos debatan con la única intención de combatir o guerrear. Obviando el que debería de ser el primordial objetivo… esto es las soluciones más lúcidas que nos lleven al consenso en la toma de la decisión definitiva, examinando detalladamente cada circunstancia.

El examen minucioso, la reflexiva y juiciosa investigación para llegar a la más acorde y más apropiada finalización en nuestras controversias, sólo será posible si conseguimos mantener nuestra mente fresca y libre de acaloramientos que pueden estar siendo propiciados por ataques personales usados en forma de sucio armamento para minar nuestra capacidad para consensuar soluciones coherentes. Por tanto, habremos de permanecer muy atentos a las personas que para sostener sus razonamientos sólo buscan el enfrentamiento personal.

Es evidente que si un fin de semana nos quedamos en casita, por culpa o gracias a la lluvia, nos debemos olvidar de nuestras «preferencias personales» y atender con merecida atención los requerimientos a que seremos sometidos. Los días en febrero ya son más largos y encerrados juntitos, toditos en domicilio… Las discusiones pueden estar servidas. ¡Que ustedes las disfruten!

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