No puedo dejar de dar las gracias a tanta gente que se ha acercado a mí para darme la enhorabuena. El pasado día 28 lo recordaré como uno de esos días que se guardan en el corazón con letras mayúsculas, se acomodará junto a otras fechas muy queridas, casi necesarias, de las que, de vez en cuando, tengo que echar mano. Fue un momento mágico e indescriptible la inmensa alegría que sentí al coger esa estatuilla entre mis manos. La acaricié y la observé con detenimiento. Es el abrazo que yo le daba a esta ciudad y a tanta gente que puso este proyecto en marcha; que ha despertado en mí el anhelo de no defraudar a nadie. Hay que contener mucho las emociones para no hacer un símil futbolístico y alzar el Efebo con gritos de júbilo.
Si Antequera hasta 1955 tenía una hermosa historia que transmitir, a partir de ese momento tuvo un valor añadido de gran importancia, la bella estatua del siglo I. Yo la he colocado en un lugar preferente de mi casa para que me recuerde el porqué esta allí. No sé si es casualidad, pero pocos días antes de recibir este gran honor, leí que se expone en el MAN ((Museo Arqueológico Nacional) una escultura de Príapo, un dios rústico que concede fertilidad a los campos y fecundidad a los rebaños. Data del siglo I después de Cristo y fue encontrada en Antequera. La importancia de Antequera a través de los tiempos, antigua y moderna, guardiana de Menga y sembrada de iglesias, que mira al futuro con ilusión apoyada en sus siglos de historia. Y la historia pasada y presente van de la mano el Día de Andalucía. El tiempo no hace más que añadir majestuosidad a la Colegiata de Santa María. Ese bellísimo marco se llenó de aplausos, emociones, agradecimientos y felicitaciones. Por breves minutos, fui humilde protagonista en la historia de esta ciudad y estuve muy bien arropada por otros galardonados que derrochaban felicidad.
Y estos efebos significan que se está trabajando por la ciudad, que se piensa en ella, que se alienta a quienes dan un empujoncito para que las cosas funcionen mejor y llegue a más gente. Una vez más solo me resta dar las GRACIAS.