viernes 22 noviembre 2024
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La Luna del Esturión

Era una de las experiencias que el Club Deportivo Ciclista Antequera aún no se había realizado: pedalear a la luz de la luna. Para ello el pasado 24 de agosto cuando nuestro satélite alcanzaba el Plenilunio del Esturión, nos preparábamos para efectuar un recorrido en bici… Permítanme antes de entrar en detalles del recorrido, les explique otros datos que puedan ilustrar e instruir al respecto de nuestro Satélite.

En América del Norte tribus de indígenas, (posteriormente llamados indios), tenían a costumbre identificar cada plenilunio con un nombre dependiendo de la época del año. Así, por enero llegaba la Luna del Lobo. En febrero la Luna de la Nieve. En marzo la Luna del Gusano. En abril la Luna Rosada. En mayo la Luna de Las Flores. En junio la Luna de la Fresa. En julio la Luna del Venado. En agosto que resultaba ser el mes en que mejor pescaban el esturión la denominaban con el nombre de: Luna del Esturión, aunque otras tribus también la denominaron, Luna Roja, por el color rojizo con que aparecía en el horizonte a causa de la gran cantidad de neblinas que por esas fechas solían cubrir el horizonte. También los hubo que la llamaron Luna Verde del Maíz o la Luna del Grano, por coincidir con la recolección del mismo. En septiembre y siguiendo esta misma reciprocidad, se situaba la Luna de la Cosecha. En octubre la Luna del Cazador. En noviembre la Luna del Castor y con diciembre llegaba la Luna Fría o Luna de las Noches Largas.

Se denomina noche de Luna Negra a la noche de novilunio o interlunio y está situada entre la última noche de la menguante y la primera de la creciente. Desde un novilunio al siguiente han de transcurrir 29 días y un poquito más, esto produce ocasiones en que en un mismo mes tengamos dos plenilunios. A esta segunda luna llena de un mismo mes la podremos identificar como Luna Azul.

A las 22 horas del mencionado día 24 nos poníamos en marcha desde plaza Castilla. Hacíamos uso de la correspondiente iluminación justo hasta dejar atrás las vías transitadas por otros vehículos; en llegando a pista forestal el uso de luz artificial se restringió exclusivamente a zonas de sombras. El objetivo de la salida nocturna era precisamente pedalear a la luz de la Luna.

Miembros de la Directiva del Club se situaron estratégicamente para el control de los cruces en los distintos caminos que se pedalearon, realizando reagrupamientos en cada una de las intersecciones. En unos días en que el calor no daba tregua, fue el fresco de la noche la singularidad más apreciada. Otra de las curiosidades más comentadas consistió en la observación de las estrellas en las zonas donde la contaminación de luz procedente de alumbrados públicos lo permitió. Cuando las señales horarias nos decían que prácticamente habíamos ya consumido la primera hora del 25, regresábamos de nuevo a Plaza Castilla con algo más de 32 kilómetros pedaleados y el deseo de repetir la experiencia según comentarios de las personas que nos acompañaron y que pudieron comprobar como la luz de la Luna puede ser más que suficiente para el pedaleo si la senda es la adecuada. Curiosamente me quedaron unas letras en mente y no he conseguido recordar aún, de dónde me llegaron….

Luna lunera, cascabelera, toma un ochavo para canela. Luna lunera, cascabelera, debajo de la cama tienes la cena.

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