Todavía recuerdo aquellos rezos, aquellas letanías, que entre las milenarias piedras de El Torcal de Antequera se perdían… Fue hace unos años y un escalofrío recorrió mi cuerpo, aquella mañana de finales de agosto, me encontraba en las antiguas “Filaneras” o como se le conocen hoy en día “Las Vilaneras”, la parte más alta de El Torcal de Antequera. Los pasos me llevaban por la antigua Ruta Roja, quizá la ruta más misteriosa y romántica de El Torcal. Me encontraba cerca del emblemático “Sombrerillo” cuando el desconcierto se apoderó de mí. ¿De dónde venían aquellas plegarias? ¿Quién eran aquellas personas?
Me acerqué silenciosamente, observando aquel grupo de personas, que rezaban ante una gruta pérdida de nuestro Torcal. Unos seis o siete individuos ya adultos y que por su acento, pronto supuse que eran extranjeros. Esperé silenciosamente y con resignación, pero con una curiosidad que me hacía hacerme mil preguntas… Al fin, aquellas personas se fueron marchando de aquella pequeña gruta y cuando me aseguré que estaban a una distancia prudencial, salí de aquel escondite improvisado en el Agrio del Tinterillo. Mis pasos entre la caliza torcaleña eran rápidos y la intriga de saber más, me hacía prácticamente volar entre las piedras… ¿Qué encontraría? ¿Qué hacían aquellas personas?
Al acercarme a dicha gruta, me quedé sin palabras… Ante mí se mostraba una especie de pequeño altar, con ofrendas, flores… y en el centro, la talla de una pequeña Virgen. El impacto visual fue tremendo, entre las rocas de nuestro Torcal, la talla de una Virgen y un grupo de fieles peregrinos orando a sus pies. Me quedé observando aquella imagen un largo período de tiempo, no os puedo determinar cuánto, pero su imagen en aquella gruta me dejó abrumado, hice numerosas fotos y apunté un nombre grabado a los pies de la Virgen, “Medjugonrje”.
Ya de camino hacia el parking del centro de visitantes, la calurosa mañana me guardaba una nueva sorpresa. A la altura del Puerto de la Chispa, unas voces femeninas gritaban intentando llamar mi atención, eran dos mujeres agarradas de la mano y que gritaban desconsoladas. Me dirigí hacia su encuentro, andaban pérdidas y desorientadas, una de ellas tenía un GPS en la mano y un ‘walkie talkie’ en la cintura, hecho que me sorprendió bastante la verdad. Pero la sorpresa estaba aún por llegar… Después de tranquilizar a las dos mujeres y explicarle que las llevaría hasta el centro de visitantes, me confiesan que son hermanas y vecinas de Málaga. Me cuentan que una de ellas trabaja en una residencia y que había oído hablar al familiar de una anciana, que harían una visita al Torcal de Antequera para rezar a su Virgen. Las dos hermanas muy religiosas y amantes de la Naturaleza querían visitar la imagen de la Virgen, pero al no pertenecer al grupo, se habían perdido. Todavía recuerdo sus caras de ilusión cuando les dije que yo sabía dónde se encontraba y que las llevaría. Cuando estuvieron frente a la imagen se arrodillaron y pidieron por sus familiares, por las personas que sufren, por los enfermos… Cuando volvíamos hacia el centro de visitantes, no sabían cómo agradecerme que le mostrará la Virgen y me dieron mil gracias.
En redes sociales compartí hace unos años la imagen de la Virgen del Torcal, creando un gran revuelo y números amantes de nuestra Sierra se pusieron en contacto conmigo para que les indicara el lugar exacto de la imagen. Hoy todavía se encuentra allí, en su gruta, escondida y venerada por todos los torcaleños, que ha modo de ofrendas colocan pequeños fósiles de ammonites a sus pies.
La talla de la Virgen María que se encuentra en dicha gruta es una representación de la Virgen de Medjugorje, la cual recibe su nombre de una localidad de Bosnia y Herzegovina. En la ciudad de Medjugorje en la década de los 80 unas apariciones marianas tuvieron eco internacional por la periodicidad de las apariciones. El porqué este grupo de peregrinos eligieron un lugar tan apartado y distante de la ciudad Medjugorje, es todo un misterio.
Corría el año 1980 cuando la devoción religiosa y el amor por la naturaleza, se unen en la figura del gran cofrade antequerano don Francisco Pérez Arcas, llevándolo a realizar una escultura en cemento blanco de la Virgen, la cual llevaría el nombre de la Virgen del Amor del Torcal. Esta Virgen se convertiría en el símbolo religioso del Torcal y de los cientos y cientos de vecinos de la zona. Pedanías como la Higuera, Los Nogales, La Joya, Partido de Jeva… pueblos como Villanueva de la Concepción todos adoraban a la Virgen y la hicieron suya.
No sería hasta el año 1981 que la Virgen tuviese una ubicación definitiva, ya que la antigua Junta Rectora del Paraje Natural del Torcal había denegado la solicitud de ubicación a Francisco Pérez Arcas, argumentando “…no autorizaba la instalación de elementos foráneos, en espacios catalogados de interés y conservación natural… “. Este revés no hizo mella en el personaje antequerano, el cual guardaba un “as” bajo la manga. Pidió ayuda a su amigo y propietario del Navazo (finca privada dentro del Torcal) por aquel entonces Eugenio Melero Gutiérrez, autorización para la colocación de la imagen. Eugenio, hombre bondadoso y amigo de todos, como así lo describían los vecinos de los alrededores, no lo pensó dos veces y dio permiso para la colocación de la Virgen del Amor del Torcal. El lugar elegido, un lateral de un bello cortado en la uvala de los Navazos, en plena realenga y a más de siete metros de altura, la escultura sería rematada con un cordero, animal que simboliza a los pastores y ganaderos de nuestro Torcal.
Ese mismo año y durante la primera romería, el obispo de Málaga Ramón Buxarrais Ventura por mediación del antiguo sacerdote del entonces Hospital San Juan de Dios de Antequera, el famoso padre Antonio, consagró la bella imagen, dando toda la oficialidad católica a la Virgen del Torcal. Años más tarde se instaló un pequeño altar y unos bancos para el rezo y descanso de los fieles, ya que algunos recorrían largas distancias hasta llegar a su Virgen.
Aquellas romerías llegarían a su final, de una manera brusca y radical en el año 2006, después de 25 años, llenando de indignación a los vecinos de la zona. Unas vecinas encontraron al escultor Francisco Pérez de rodillas y llorando, no tenía consuelo alguno y a la pregunta de lo que le sucedía por aquellas mujeres, con el corazón encogido por el dolor, solo pudo decir unas palabras entre balbuceos y lloros “¡la Virgen ya no está!”.
Pronto una legión de vecinos indignados llegaron a la zona. ¿Quién se había llevado su Virgen? ¿Quién sería capaz? Las pesquisas y las habladurías dieron sus frutos y todos las miradas señalaban al nuevo propietario de los Navazos, el cual habría manifestado multitud de veces “en mi finca no quiero santos”, según números vecinos de la zona.
El grave hecho obtuvo una gran relevancia en toda la zona, contándose mil historias: “Rompió la Virgen a garrotazos”, ”se la llevó para su deleite personal” y mil historias más…
Don Francisco Pérez Arcas denunció los hechos por delitos contra los sentimientos religiosos, secuestro de su obra, violencia contra actos religiosos, según el letrado de Pérez Arcas “…la actuación del propietario de los terrenos ha impedido el culto de cientos de feligreses que peregrinaban hasta la imagen…”.
Los hechos llegaron hasta la Ciudad de la Justicia de Málaga, donde el fiscal pidió nueve años de cárcel más el cargo de las costas y una indemnización para restaurar la imagen. Muchísimos vecinos no quisieron dejar solo al imaginero antequerano en las puertas del Juzgado y arroparon al escultor al grito de: “¡Pedimos que se devuelva la Virgen del Torcal a su sitio, justicia para Francisco y la Virgen!”.
Hoy después de 15 largos años de pleitos y juicios, podemos contar que el tema judicial ha quedado zanjado. La autoridad judicial ha cerrado el caso con sentencia firme, por la cual el propietario y autor de la desaparición de la Virgen del Torcal, tendrá que correr con los gastos de una nueva talla mariana exacta a la primogénita.
“Esta talla ya no sería realizada en cemento y estaría esculpida en noble madera, llegando al acuerdo entre los vecinos de las… pedanías al Sur del Torcal, que cada año la custodiará un pueblo, sacándose en romería el primer domingo de septiembre”, como bien me indicaba el amigo Alonso Martin, vecino de la pedanía antequerana de La Higuera y uno de los mayores defensores de esta causa, el cual tuvo la desdicha de recoger los trozos rotos de la Virgen del Torcal.
Puedo contar a los lectores que a fecha de hoy, la talla de la Virgen del Amor del Torcal ya está terminada y lista para mostrase nuevamente entre las calizas de nuestro Torcal. Esta nueva talla la ha realizado el escultor e imaginero malagueño Juan Vega y para antes del próximo verano, se presentará al público en la iglesia del Salvador, los padres capuchinos serán los encargados de la misa, siguiendo la tradición de las antiguas romerías.
De entre todas las figuras imitativas que forman nuestro Torcal, existe una formación que muy poca gente conoce y que los caprichos de la erosión, por la fuerza del mar de Tetis, aquel que hace millones de años cubriera nuestra sierra, haciendo de ella el lecho marino más mágico del mundo, hizo esculpir una figura conocida por los maestros torcaleños cómo la Virgen. Situada muy cerca del centro de visitantes, en los “Llanos de los Polvillares” y muy cercana al mítico “Dragón”, pasa desapercibida para el público en general. Su semejanza con una Virgen es impresionante y tal fue su devoción entre los pastores y lugareños del Torcal, que en la década de los años 70 se realizaron multitud de misas por sacerdotes católicos ante dicha forma imitativa, como así lo demuestran fotografías de la época. De entre todas las misas que se realizaron, la más emotiva sin duda, fue la que se realizó por el descanso eterno del matrimonio francés asesinado en nuestra sierra, un hecho trágico cómo pocos y que todavía hoy se recuerda con tristeza, rabia y amargura por lugareños de nuestro Torcal, pero como siempre digo “ésa es otra historia…”.
Actualmente la figura de la Virgen es muy difícil de ver, ya que la vegetación la guarda celosamente entre zarzas y espinos… Las tres imágenes de la Virgen en el Torcal de Antequera, un artículo que sin duda sorprenderá a más de uno… ¿Cuántas historias y misterios guardan nuestro Torcal, nuestra Antequera? Seguiré desvelando esas otras historias, esos otros enclaves de los que nadie nos habló.