Estando Antequera ocupada por tropas francesas en 1810, Vicente Domingo Pareja Obregón, III Conde de la Camorra, preside el Ayuntamiento desde el 5 de noviembre de ese año por enfermedad del corregidor Francisco Rojas Godoy (Acta 5-11-1810, Libro Capitular 1801), hasta el 28 de julio de 1811 (Libro Capitular 1802), en que la Superioridad le exime del cargo de corregidor interino dada su avanzada edad, su quebrantada salud, la fatiga y los sinsabores que le ocasiona el cargo.
Y a “las críticas circunstancias por las que atraviesa una Antequera ocupada en la que se requiere la máxima actividad y desvelo en las autoridades”.
Se nombra en su lugar, de forma provisional, a Nicolás Ortiz, si bien Vicente Pareja no abandona su obligación totalmente y continúa como regidor y muchas veces incluso presidiendo el cabildo.
Es una época muy dura para la población, en que las autoridades antequeranas dirigen la municipalidad bajo supervisión rigurosa de los franceses, cuyos jefes militares y su tropas ocupan la plaza y exigen continuamente dinero, caballos y alimentos para el ejército, con amenazas directas en ocasiones cumplidas, de detención indiscriminada de regidores o de mayores contribuyentes, si no se aceptan sus exigencias en plazos perentorios.
Como prueba de la tensión en que se vivía, el veintiuno de abril de 1811, se leyó en el pleno capitular una orden del General Jefe del Cuarto Ejército francés, fechada en Granada el siete de ese mes donde se acusa a esta ciudad de que: “es la única de las ocupadas que no solo no se ha opuesto a los “briganes” (guerrilleros) sino que los apoya, protege y anima, al tiempo que les suministra socorros de muchas especies, por lo que en castigo debe aportar en el espacio de ocho días, setenta caballos por vía de requisición y ponerlos a disposición del comandante del Regimiento número diez de Cazadores y además, se apronte un caballo o su valor para reemplazar el del destacamento de Dragones muerto por los briganes, sobre la venta de Linares”.
Como se deduce de lo anterior, no solo había que administrar eficientemente las escasas finanzas con las que contaba el ayuntamiento en esta época de guerra y de penuria económica, sino dirigir la política local bajo supervisión siempre desconfiada y amenazante de las autoridades militares francesas, soportando las exigencias desorbitadas de dinero, caballos, alimentos y vestimentas para los soldados. Debía ser, de todo punto difícil, ser regidor o alcalde de la ciudad en aquellas fechas y cumplir equilibradamente con sus funciones, sin ser acusado de traidor por los antequeranos o detenido y fusilado por los franceses por idénticos motivos, más aún para un hombre como el Conde, de casi 75 años, con mala salud, conviviendo con el enemigo en casa, pues en su palacete de la Plaza del Carmen se instalaba parte del mando francés, al que debía proveer a diario de los alimentos para su mesa.
Las propiedades de Vicente Pareja, provenían no solo de los bienes vinculados al Condado de la Camorra, sino también de los mayorazgos que fundaron con facultad Real los señores Luis Ramírez de Pareja y María Pareja Valenzuela su mujer; del que fundaron Francisco Pareja Obregón y Francisco Ramírez de Pareja y de la memoria que fundó el señor José Villegas y Merino, Presbítero, y asimismo era heredero de sus tíos Fernando y Antonio de Gálvez.
El testamento de Vicente, lo hace y firma en la casa de su morada en la Plazuela del Carmen el día 1-8-1799.
Murió Vicente Pareja en 1818, habiendo ordenado que a su muerte se le diese entierro en el altar mayor del convento de la Trinidad, amortajado con el hábito de la Virgen del Carmen y cubierto éste por el de la Santísima Trinidad, con la correa de San Agustín.
De entre los hijos habidos por Vicente Pareja Obregón con su primera esposa, nació Luis María Pareja-Obregón de Rojas Gálvez y Teruel Arrese que le sucedió a título de IV Conde de la Camorra.
IV Conde: Luis María Pareja Obregón y Rojas
Luis María Pareja-Obregón y Rojas, nació en Antequera el 3 de mayo de 1767, fue Caballero Maestrante de la de Sevilla y casó el 28 de diciembre de 1787 por poderes, en la ciudad de Loja (Granada), con María de la Presentación Maldonado Chacón y Contreras, nacida en 1768 y fallecida en 1826. Era natural de Alhama y residente en Loja, confirmando esta unión matrimonial el 18 de mayo de 1788, en la iglesia de Santa María en Antequera.
Como curiosidad decir que entre las estipulaciones matrimoniales concertadas en el casamiento de Luis María Pareja con María Presentación Maldonado, una de ellas era que el nuevo matrimonio debía residir en Antequera, en casa de los Condes de la Camorra, Plaza del Carmen, para disminuir gastos.
Los padres de la novia entregaron como dote, seis mil ducados en dinero y cuatro mil más en dos mil onzas de plata. De los seis mil en dinero, cuatro mil habían de emplearse en fincas o censos para mayor aumento de los alimentos.
Además el padre de la novia contribuyó con otros dos mil ducados más para gastos de gala y celebración, para ropas blancas, cama y muebles; y otros dos mil en alhajas, además de cuatrocientos pagaderos anualmente por inmediación de Presentación a los bienes vinculados en Alhama, de su tío Mariano Maldonado.
El Conde de la Camorra, padre del novio, hizo entrega para alimentos a su hijo Luis María, del cortijo Pozo Ancho en la localidad de Antequera, con la obligación de que siempre viviera con él. Si optaba por vivir aparte cesarían las rentas del cortijo mencionado y recibiría mil ducados anuales, nada más.
Trinidad Pareja Obregón y Borrego, hija natural
Luis María Pareja Obregón, no tuvo descendencia con Presentación, pero sí una hija natural con Agustina Borrego y Aguilar, llamada Trinidad Pareja-Obregón y Borrego, a la que reconoció.
En relación a esta hija, existe un documento en el archivo familiar fechado el 7 de mayo de 1834 y firmado por un tal Pedro Alcántara (tío político de Luis María Pareja) que va destinado a un sobrino a quien se dirige como “Mi estimado Frasquito” (éste parece actuar, a su vez, por mandato de otra persona) sin que haya constancia de más datos de filiación.
En dicho escrito, se habla de una niña de padres desconocidos llamada Francisca Trinidad, que en esas fechas debe tener 22 años y cuya partida de nacimiento está inscrita en la Parroquia de San Sebastián en fecha 25 mayo de 1812, como expósita, y que alguien está interesado en su búsqueda. Es posible pudiera ser la hija natural de Luis María y ese alguien interesado en obtener su partida de nacimiento fuese él mismo, pero esto es solo una presunción.
Sea como fuese, Trinidad su única hija fue reconocida por Luis María Pareja y la casó con su hermano Ramón Pareja Obregón y Rojas, Caballero de Santiago, Canónigo de la Colegiata de Antequera, Guadix y Granada. El matrimonio formado por Ramón Pareja y Trinidad Pareja tuvo dos hijos, falleciendo Trinidad cuatro días después del parto del segundo, el 28 de mayo de 1850.
Ramón Pareja-Obregón, Sindico entonces del ayuntamiento de Antequera, tras la muerte de su esposa Trinidad, abandonó su actividad pública de Sindico y acogió la vida monacal. Estos hechos los comunicó a sus compañeros regidores y al propio Ayuntamiento en escrito de fecha nueve de enero de 1851 (Libro 1843) que decía: “desde que murió mi joven esposa Trinidad Pareja, se inició en mi corazón el deseo de entrar en la carrera eclesiástica… tomando posesión como canónico de la Iglesia Colegial de esta ciudad”. Finalmente con posterioridad a la muerte de su hermano Luis María Pareja acaecida en 1852, se trasladaría a vivir con sus hijos a Guadix.
Luis María Pareja Obregón, IV Conde, heredó de su padre las tierras y bienes vinculados al Condado de la Camorra, con los cortijos, tierras, Casería de la Camorra y otros inmuebles de la ciudad que provenían de herencias anteriores. Fue un personaje de gran proyección política en la Antequera de la primera mitad siglo XIX, entre cuyas clases sociales más humildes alcanzó gran prestigio por la defensa que siempre hizo de las nuevas ideas liberales y del constitucionalismo.
Luis María, defensor del liberalismo y alcalde en siete ocasiones
Fue nombrado Luis María, en siete ocasiones, alcalde de Antequera, coincidiendo siempre estos nombramientos con periodos revolucionarios, ciclos muy agitados y turbulentos, tanto social como políticamente.
Se dice (opinión del profesor Antonio Jesús Pinto Tortosa) que se unió a parte de la burguesía emergente de la ciudad en los estallidos revolucionarios de la época con la finalidad de controlar desde dentro a las masas revolucionarias y reconducirlas a sus intereses. Posiblemente sea cierto, pero creo que además tenía verdaderas convicciones liberales y creía de verdad en la necesidad de un cambio del sistema político.
En sus actuaciones públicas siempre hay una postura muy definida de preocupación por las clases sociales más humildes y en pro de alcanzar mayor bienestar social para el conjunto de la población. Esta actitud de defensa de las clases más desfavorecidas y de su afección a las nuevas ideas constitucionales y liberales de la época, ningún beneficio añadía a su desahogada situación personal y familiar y sí le causaba notorios perjuicios, pues una posición política tan definida propugnando y alentando las nuevas ideas que emanaban de la Constitución de 1812 y el apoyo decidido a la misma en contra de las ideas del Antiguo Régimen le indisponían con gran parte de la nobleza local a la que pertenecía.
No parece que ello obedeciera única y exclusivamente a controlar y a manipular la situación política para obtener una serie de beneficios personales que en nada necesitaba.