Como todos sabemos, un marcapasos es un pequeño dispositivo electrónico que se implanta en el cuerpo en aquellas personas en las que su corazón no late adecuadamente. Básicamente el aparato mediante unos electrodos envía una señal eléctrica al corazón para que lata a un ritmo adecuado, a una frecuencia fisiológica.
El médico cardiólogo es el encargado de seleccionar a los individuos a los que se les implantará un marcapasos. Los pacientes tipo son aquellos que sufren bradicardia, es decir, su corazón late muy lentamente. Esto ocurre en patologías como el bloqueo auriculoventricular y en la enfermedad del nódulo sinusal. También debemos pensar que el marcapasos se puede utilizar en otras circunstancias bien distintas, como es el caso de la taquicardia. En este caso el corazón late con mucha rapidez o incluso puede tener un latido irregular. Así mismo, en otras situaciones como la insuficiencia cardiaca severa, ambos lados del corazón laten de manera irregular y aquí el marcapasos regulariza y sincroniza el latido.
De entrada, las complicaciones del marcapasos son las habituales a las de otras cirugías y normalmente no tiene rechazo. Hoy en día se implanta subcutáneamente y si todo va bien en 24 horas el paciente puede irse a su casa. Estos dispositivos llevan unas baterías de larga duración que duran más de diez años, el cardiólogo valora su eficacia en revisiones periódicas. Son fiables y seguros y tecnológicamente muy avanzados. Para acabar, doy gracias a Dios por poner en mi vida a cierta persona, que con una sola mirada hace que mi corazón lata tan profundamente que me recuerde que estoy vivo.
