Quiero compartir con los lectores, una singular situación que hemos llevado en estas semanas en el despacho. Se trata de un despido fulminante de un trabajador, que, tras los excesos en la cena de empresa, y tras una acalorada discusión subida de tono con su jefe, acaba en las manos, y al día siguiente con carta de despido en atención al artículo 54. 2. 2 del Estatuto, ofensas verbales y físicas… La duda es, ¿se debe entender una cena de empresa, como momento de trabajo en el que poder aplicar dicho artículo disciplinario?
Ya os contaré como acaba este asunto. Por otro lado, ya que se acerca el fin de año, y con él, toda una batería de felicitaciones y buenas intenciones, no voy a ser menos. En este caso quiero desde estas líneas, aprovechar para en primer lugar, agradecer, de corazón al Decano de la Prensa Malagueña, en este especial año centenario, la oportunidad de compartir aquellas noticias relacionadas con el ámbito del Derecho Laboral y de Seguridad Social, que a este humilde graduado social le parecen de interés público.
Son muchas las personas que leen semanalmente este breve comentario, e incluso que da pie a que en algunas otras ocasiones sean preludio de algunas consultas o incluso de alguna que otra digna discusión jurídica entre compañeros.
Aprovecho este último artículo del año para desearos a todos los lectores de la columna “Justicia Social” un año 2018 lleno de salud, amor y trabajo digno. Desearos a nivel personal que en Navidad descubramos el nacimiento del niño Dios en cada corazón de las personas que nos rodean y sobre todo que seamos para nuestras familias, compañeros y vecinos el rostro amable que muestre que otro mundo es posible.
Por otro lado, quiero desafiarles, quiero lanzar el guante, para solicitarle que, sin temor ni pudor, llamen por teléfono al periódico el Sol de Antequera 952 70 09 32, para proponer aquellas cuestiones o temáticas que interesen o que puedan serles útiles. Deseándoles que tengan unas felices fiestas, una Navidad auténtica, y un año próspero y lleno de bienes. Atentamente su graduado social, Manolo García.