Este es el título de un libro (Ediciones Deusto) apasionante. Los autores, dos jóvenes profesores americanos, hacen la disección de los procesos por los que los países ricos llegan a serlo, mientras otros han fracasado en su intento. Ni la raza, las culturas o la geografía son elementos determinantes. De hecho, los primeros ingleses asentados en América (lo que quedaba…, ya que España y Portugal contaban con las tierras mejores en clima, población y recursos) tardaron sólo dos inviernos de hambre en cambiar el chip, al darse cuenta de que “no había ninguna posibilidad de establecer una explotación para ‘hacerse rico rápidamente’ en Virginia, del estilo de las de Méjico y Perú” No habiendo oro ni indígenas dispuestos a trabajar por ellos, tuvieron que hacerse colonos tomando las tierras que pudieran labrar. Un hecho azaroso –decepcionante– les obligó a crear unas instituciones igualitarias que sentaron las bases del futuro. Era en 1608.
De hecho, es “la construcción” de instituciones políticas y económicas con voluntad integradora, lo que garantiza un desarrollo estable. Y no hay tal si los grandes chollos se pueden otorgar a dedo. Arrebatarle al Rey ese poder fue una larga lucha que en Inglaterra duró desde la Carta Magna (principios de S.XIII) hasta la Revolución gloriosa (1688) pasando por la abolición de los monopolios (1623). En cambio, el monopolio del mar lo detentaban los mercaderes, no el Estado que, en el caso de España, reguló hasta la asfixia la posibilidad de que otros comerciantes y puertos (salvo Sevilla primero y, luego Cádiz) se hicieran ricos. La idea imperial de Carlos V como, salvadas las distancias, las del colega de Corea del Norte y cualquiera otra forma de absolutismo, no están pensadas precisamente para que la gente llene la nevera.
Y aquí, la última vez que se vio la posibilidad de “hacerse rico rápidamente” (como soñó aquel colono de Virginia y, los del “Bienvenido Mr. Marshall”), fue con el ladrillo. ¡Vaya por Dios!, tampoco aquello era sostenible ¿Cómo puede extrañarnos tener un paro africano y unos políticos con tan poca memoria?