viernes 3 mayo 2024
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Primera Navidad sin Brillantina

La Navidad de 2017 será la primera que pase nuestra Antequera sin “Brillantina”. Los más jóvenes, y ya hay que decir, los turistas y visitantes que leen estas páginas, opinarán que la trascendencia de este anuncio es banal, pero al que conozca los entresijos de lo que estamos hablando, será algo que se eche de menos, sin duda.
 
El emblemático comercio antequerano cerró sus puertas el pasado 31 de agosto de este 2017 al que estamos a punto de darle carpetazo, tras 48 dando servicio a la ciudad, y su comarca. Antonio Palomo Palomino, que así se llama su creador, junto a su querida Lola Jiménez Rey, abrieron el establecimiento frente al Hospital de San Juan de Dios, allá por 1969, no obstante, Antonio, ya llevaba algún tiempo trayendo hasta Antequera, apreciada mercancía variada, que casi se la quitaban de las manos debido a lo complicado que era hacerse con alguno de los productos que traía Antonio, sino era él el encargado de hacerlo. Eso produjo que, prontamente, ganase acreditada fama entre la ciudadanía antequerana y de muchas poblaciones aledañas.
 
En “Brillantina” se podía encontrar ‘de todo’, desde unos calentitos guantes de piel, hasta un refrescante abanico para los días mas calurosos, pasando por los tan famosos hoy día, por su desaparición, muñecos del toro y la gitana… sí, sí, los que se ponían encima de los televisores en blanco y negro de los domicilios patrios, allá por la década de los 60 y 70.
 
Antonio y Lola, siempre al pie del cañón del familiar negocio, contarían desde 1985 con el relevo al frente del mismo, de su hija Mariola, aunque el matrimonio jamás dejó a su hija sola y siempre aparecían por la tienda.
 
El comercio de “Brillantina” era de esos lugares donde ir en busca del regalo perfecto, del detalle para la mujer o del presente para el caballero. Según relata una nieta del matrimonio, toda su infancia la había pasado tras el mostrador de la tienda, al cuidado de Lola, aguardando a que su abuelo Antonio volviese de alguno de sus viajes a Ceuta o Melilla para poder pedirle uno de esos regalos que ni por asomo, existían en Antequera. 
 
En la ciudad, sigue relatando su nieta, sólo se podían encontrar en “Brillantina”, los mejores sombreros para el frío o los días de excesivo sol, o las  mejores castañuelas para acompañar los bailes, tanto de las ferias, como de los auténticos ‘saraos’ de las sociedades antequeranas.
 
Como titula este artículo, ésta será la primera Navidad sin “Brillantina”, la primera Navidad sin el carismático establecimiento al cual acercarse la Noche de Reyes a encontrar lo que se olvidó para regalar, pues según otra de las hijas de la pareja, Trini, le resultan incontables las Noches de Reyes que no podía ver a sus padres, pero no porque estos estuviesen comprándoles sus “Reyes”, sino porque estaban surtiendo a muchas personas, locales y foráneas, de esos artículos que seguro les hicieron quedar como “Reyes” con sus seres queridos.
 
Ya llegó la hora de cerrar el negocio, meditada decisión que han tomado, tanto Mariola, como sus padres, que afortunadamente viven y gozan de buena salud, a pesar de su avanzada edad, pero como ellos mismos reconocen, los tiempos han cambiado mucho y actualmente resulta, casi imposible, que un negocio como el suyo pueda competir con toda la oferta que existe hoy en día.
 
Desde estas líneas desean agradecer a todo su excelente clientela, el cariño y la fidelidad puesta de manifiesto a través de los casi 50 años en los que “Brillantina” ha tenido sus puertas abiertas. ¡Gracias de corazón!
Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel.
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