martes 7 mayo 2024
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‘Quina’, la borrica de El Torcal de Antequera

Corría el año 1991 cuando un centenar de expertos de todo el mundo alertaban sobre el peligro de extinción del burro. En Andalucía, la cifra era realmente alarmante, la cifra de burros no llegaba ni a los 40 ejemplares de pura raza Ibérica.

Nuestro Torcal de Antequera no podía quedarse de brazos cruzados y recoge el guante lanzado por ADEBO  (Asociación para la Defensa del Borrico), Pascual Rovira, la Dirección Provincial de la AMA (Agencia Medio Ambiente) y el grupo internacional de expertos  que entre los ponentes se encontraban Lilliane Sujanski y Elizabeth Svendsen, fundadora y directora del  “Santuario para Burros” de Sidmouth (Inglaterra), considerado como el más importante del mundo, con una capacidad para cuatro mil quinientos burros. Ofreciendo los terrenos protegidos del parque natural del Torcal para crear la primera “reserva experimental para la conservación de asnos de la raza cordobesa”.

De esta forma se establecía la oportunidad de una experiencia única y sin precedentes algunos. Procedentes de la Reserva de ADEBO en Rute, el día 16 de julio de 1991 los primeros diez borricos, cinco machos y cinco hembras llegan a El Torcal de Antequera, siendo alojados en condiciones de semilibertad, en las zonas bajas de las Vilaneras y en Sierra Pelada. Todo un acontecimiento para la ciudad de Antequera y su Torcal. El lugar donde quedan ubicados los borricos, es un paraje espectacular con un valor natural incalculable y con unas fuentes de alimentación y agua en abundancia. La copiosidad de pastizal y la finalidad de investigar la acción de dichos animales en la regeneración de los pastos naturales, como el aprovechamiento del cardo incomible por otras especies, la reforestación natural, la limpieza de “veredas y trochas” y así como establecer un núcleo experimental  de una nueva especie en el paraje del Torcal, abrían unas expectativas hasta antes nunca vistas en nuestro paraje natural.

La intención prioritaria era contar con una población óptima de unos cincuenta ejemplares, para así poder estudiar su comportamiento con el nuevo hábitat. Contaros que la adaptación de los borricos en el siempre duro y extremo Torcal, simplemente fue sorprendente, verlos saltar por las hermosas piedras del Torcal era un espectáculo impresionante. Los turistas, vecinos y amantes de la naturaleza acudían en masa para ver a estos pequeños borricos trotar y rebuznar entre las piedras de nuestro mágico Torcal. 

Cámaras fotográficas  descargaban sus carretes como si de estrellas de Hollywood se tratasen. Pronto los borricos del Torcal se convirtieron en todo un icono y su punto más álgido para sorpresa de todos, fue el nacimiento de una pequeña “estrella”, una rucha de nombre ‘Quina’. El triunfo del amor y la adaptación de unos animales a priori desahuciados…  Tal fue la magnitud de la noticia, que hasta el afamado periodista Raúl del Pozo le dedicó su columna, en la cual escribía: “el nacimiento de ‘Quina’ en el Torcal de Antequera, tiene más importancia que el accidente del Rey en Baqueira…”.

Un proyecto por el que nadie apostaba y que el equipo de gobierno de aquellos años capitaneado por el entonces alcalde Paulino Plata, obstaculizó una y otra vez hasta acabar con la reserva de burros del Torcal, según las declaraciones que he podido obtener del mayor defensor de burros de la península ibérica, Pascual Rovira García, fundador y presidente de la asociación para la defensa del Burro de Rute. 

 

 

Para este artículo he podido entrevistarlo y después de casi  30 años de la creación de la Reserva del burro en el Torcal, sigue culpando del cierre de la reserva al entonces alcalde: “La imposibilidad de vida inteligente en la clase política (Paulino Plata) y algún director de Medio Ambiente que no quiero recordar su nombre …”. “La gota que colma el vaso, fue intentar crear una empresa de “burros-taxis” a semejanza a la de Mijas, para hacer rutas por el Torcal”, algo intolerable y que jamás permitiría, me contaba Pascual totalmente indignado, y por cierto no le falta razón. 

Como defensor de todo lo de Antequera, alguna razón de peso tuvo que tener este alcalde y el Ayuntamiento de la época para tomar esta decisión. Estoy seguro que para próximos artículos, podré hablar con ellos y que me expliquen el porqué de esta decisión que por mi parte como amante de la Naturaleza, creo fue errónea.

El número de borricos aumentó progresivamente, ya que muchísimos propietarios de las zonas colindantes al Torcal donaron sus burros a la reserva. El gran Pilón de la Cruz, el de mayor capacidad de agua potable del Torcal de Antequera, entre unos 18 y 20 mil litros de agua, fue el encargado de suministrar el líquido elemento, el mismo que surtió de agua a la partida de más de 225 hombres del olvidado Capitán Roa… pero eso es otra historia. 

El pilón y las fuertes temperaturas  de nuestro tórrido verano, fue incapaz  de abastecer aquellos sedientos borricos, recordaros que el pilón también tenía que surtir a los grandes rebaños de ovejas de la zona y a las vacas de los Navazos. Las diferencias entre el Ayuntamiento, la dirección del Torcal y ADEBO y unas desafortunadas declaraciones en prensa del antiguo alcalde al creer peyorativo la creación de la reserva de burros para la ciudad de Antequera  y la decisión de cortar el suministro de agua en cubas para los borricos aquel verano, desencadenó la decisión drástica de retirar los animales, después de casi un año en nuestro Torcal, a la reserva de ADEBO en Rute. Los primeros datos del proyecto quedaron en el olvido… y lo peor nuestra ‘Quina’ fue expulsada de la tierra que la vio nacer…

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