Acto de dormir. Un proyecto, un deseo, alguna acción o anhelo, que carece de realidad o fundamento, esperanza sin probabilidad de realizarse… son algunas de las acepciones que la RAE nos da, acerca de la palabra, sueño. El poder realizar, o dar cumplimiento a un sueño, no siempre entra dentro de nuestras posibilidades, existen sueños inalcanzables, otros, aunque de difícil alcance, si perseveramos en ello, tal vez podamos ver realizadas nuestras pretensiones.
Uno de los sueños más generalizado, perseguido, ambicionado por todas las personas, seguramente que concordaran en ello es, la salud. Vivir lo más sanamente posible. Y ahí, la palabra sueño, como acto de dormir tiene mucho que aportarnos. Sepan que los leones, duermen entre 18 y 20 horas diarias, las hembras algo menos, y que algunos después de una gran comida pueden dormitar hasta las 24 horas del tirón, una buena siesta sin lugar a dudas. Y lo hacen sin temor entre otras razones por la tranquilidad que tienen en que, nadie, ni seguramente ningún depredador, les inquietará lo más mínimo. En el otro extremo de tiempo invertido en sueño, podemos hacer referencia al sueño de la jirafa que con tan sólo 30 minutos en 24 horas, suele tener suficiente. Otro animal de curiosa forma de dormir es la liebre, de costumbres nocturnas, frecuenta dormir por el día, pero con los ojos abiertos, siempre atentas, debido a la gran cantidad de depredadores que suelen acecharla. Pero… los humanos, para conseguir ésa ambicionada salud, ¿cuánto debemos dormir?
Entre las personas que practicamos ciclismo, a modo de mantenimiento, en muchas ocasiones solemos comentar distintas formas de entrenamiento para ampliar o mejorar el rendimiento deportivo, alimentación, horarios de trabajo o cargas deportivas, pero son menos las veces que, el interés, por las horas de sueño, sea motivo o tema como les decía para la mejora inclusive de nuestra salud. ¿Cuánto es lo necesario que debemos dormir, o mejor aún, cuánto es suficiente? Seguro que algunos nos dirán, con seis horas es más que suficiente. Otros verán mucho más efectivo hacerlo durante ocho horas. Incluso nos vamos a encontrar personas que nos argumenten necesitar diez horas para sentirse bien.
Se han realizado muchos estudios acerca de cual es el tiempo más idóneo que debemos emplear para dormir. Es también muy importante la calidad del sueño al que consigamos llegar y parece ser que, un mínimo de siete horas y media estaría en el rango con más éxito para conseguir mantener en el tiempo, nuestra mejor forma física y capacidad cognitiva.
Como en otras parcelas de la vida, tenemos que ser nosotros mismos los que, con nuestras decisiones deslindemos la diferencia que existe entre lo que nos puedan decir, acerca de cual es, el tiempo suficiente dormir, y cual es, el que realmente necesitamos para mantener nuestra salud con el paso de los años.
Que nadie nos diga, ni tengamos en cuenta, todas aquellas razones y argumentos con los cuales hoy, a diario, nos bombardean acerca de cuales y cuantos deban ser los objetivos… ¡y sueños! que debemos perseguir y luchar por ellos para conseguir “la felicidad” del sueño alcanzado. Que el tiempo a emplear, o que dediquemos, para ir, tras todas aquellas quimeras, con las que insisto, las redes sociales, empleando una continuidad y palabrería de antiguos buhoneros, nos incitan a perseguir… ese tiempo tan importante, lo decidamos nosotros, para que, y desde nuestras propias disposiciones dictaminemos aquellos sueños, en cuyo logro deseemos emplear nuestro preciado tiempo de vigilia, y que el de sueño, sea respetado.