Cuando escribo este artículo la mañana del 8 de marzo, Radio Nacional está realizando una entrevista a cuatro mujeres representantes de los partidos de ámbito nacional. Los cinco primeros minutos reconocen estar de acuerdo en las reivindicaciones de las mujeres, el desarrollo central sirve para echar balones de culpa entre las dos que sus partidos, hasta ahora, se han alternado en el poder, y los últimos han querido volver a la senda de la unión. Cara a los oyentes, nadie se engaña y todos y todas sabemos la percepción de vida que tiene una representante del PP no tiene nada que ver con la de Podemos. Esto no es ninguna tontería, y sí un motivo de reflexión para aparcar un poco la política y quedarse en la esencia: ser mujer. Muy difícil porque hoy los condicionantes de pertenencia son tan fuertes que se anula el verdadero motivo de lucha.
Ir a la huelga, quedarse en casa o acudir al puesto de trabajo, debería ser decisión de cada cual, pero es de temer que muchas se sientan arrastradas porque la visualización está tan de moda, que la que falte se tenga en cuenta. Creo firmemente en la igualdad de derechos, oportunidades y salarios a la misma prestación laboral, pero rodeadas de tantas connotaciones machistas y tanto poder en los hombres acumulado desde siglos, no es fácil ni para el gobierno del PP ni para ningún otro de la palestra nacional conseguir arreglar esto de un plumazo.
Todos están en reivindicaciones, y todas tienen su derecho. Los pensionistas quieren más respecto a su pensión, las viudas no llegan .Y a este gobierno, y a todos los que en adelante salgan en minoría, que será la tónica que nos espera, lo van a pasar mal porque no hay dinero para contentar a todos. De haberlo habido, los presupuestos estarían aprobados. Y la debilidad, junto a una hipotética cercanía en las elecciones, han ocasionado el río revuelto en el que estamos inmersos. Pero todo lo que se le achaca de mal a este gobierno, con una oposición de acuerdo a pesar de estar muy lejana en las ideas, y que actúa muy partidista pensando en triunfos electorales, nos ha metido en otro lío y bastante considerable para gastar más dinero que no hay.
Regular las primarias, con la oposición del PP, esto significa que los fondos públicos tienen que salir al frente de todo el proceso. Más asuntos para menos medios. Veremos los próximos años con otro gobierno al frente, todo lo que pueden arreglar, funciona y se quedará en el camino. Levantarse de una mesa por un pacto para educación, no es pensar en el futuro. Cifrar en dineros es dar poco valor, busquen objetivos y cualificaciones y hagan las cuentas. Los ciudadanos no somos tontos y hay mucho tejemaneje.
