Media Antequera me ha visto en la televisión local dándole un beso al candidato socialista el día de la jornada electoral. No pocos me lo han comentado y, algunos con poco acierto queriendo ver en ello una empatía con sus siglas. Ni la foto está trucada ni yo, la he visto, pero en ese momento y,en todos los momentos de mi vida, mis ideas y mi postura política han sido siempre las mismas. La pena es que un saludo llame la atención. Conozco a Javier Duque y me resulta un hombre correcto, no voy a opinar como político porque no le he dado mi apoyo y no me corresponde enjuiciarlo, sólo añadiré que coincidimos en una etapa muy dura en nuestras vidas, cuando se comparte el sufrimiento da un gran alivio. Así que los malpensado y manipuladores , que los hay en todos los partidos, aplaquen su imaginación porque se les puede poner en contra y dejen el mundo que no les pertenece correr con libertad.
Hay un libro con bastante enjundia, que no me he atrevido a leerlo por ignorancia o posible sufrimiento “la dictadura en la dictadura” coordinado por Alfonso Martínez Foronda que se me viene a la memoria, salvando las distancias, ante las tropelías que en un estado democrático y libre hemos de sufrir. No tiene comparación posible, pero siempre existirán los ataques a la libertad individual y el no admitir que el contrario tiene el mismo respeto, piense lo que piense y actúe como le venga en gana.
Me ha emocionado el recibimiento que la república francesa le ha dispensado a nuestros reyes; parecen como si quisieran borrarle el agravio sufrido en el partido del fútbol a nuestro rey; y de paso borrar la media sonrisa irónica e hiriente de Artur Mas. La acogida de la alcaldesa de París, por cierto, su abuelo trabajaba en el cortijo El Canal cuando su propietario era D, SantiagoVidaurreta Palma, fue muy grata como corresponde a dignatarios que saben hacer y estar. Los aprendices de los que gozamos muy a menudo si no aprenden pocas emociones pueden despertar y largas distancias recorrer.