lunes 3 marzo 2025
InicioReligiónDomingo VIII del Tiempo Ordinario, Ciclo C: “Según sea nuestro corazón, ...

Domingo VIII del Tiempo Ordinario, Ciclo C: “Según sea nuestro corazón, así será nuestra mente, lengua y obras”

Las palabras del Evangelio invitan a la coherencia y a la santidad, no solo por lo que dice sino también por cómo lo dice. Jesús no habla de elefantes –que no habían visto aquellos habitantes–, sino de camellos, cuyas caravanas contemplaban diariamente. Tampoco habla de la secuoya, un árbol grande que nace de una pequeña semilla, sino de la mostaza que se reproduce en los alrededores de Jerusalén.

Por ello, Jesús invita a la autenticidad hasta con el lenguaje que emplea. El Evangelio de hoy pertenece al “Sermón de la llanura«, y en él, Jesús pide que no seamos hipócritas, sino veraces. Y utiliza las más claras comparaciones: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?” Y añade: “¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?”

Y es que siempre hay vigas que se atraviesan en nuestro camino y hemos de superarlas si queremos ser discípulos suyos.

Por eso, Jesús indica que si el árbol se conoce por su fruto, al hombre también, y que las obras del hombre brotan de su corazón. E invita a una mirada a nuestro interior, a nuestro corazón. Y es que el corazón, en aquel tiempo, indicaba la personalidad: era el centro del mundo intelectual y afectivo. Por ello, decían que del corazón del hombre brotaba el bien y el mal. De ahí que Dios dijera a Salomón: “Yo te concedo lo que has pedido, y te doy un corazón sabio e inteligente”.

Y la Virgen canta en el Magníficat: “dispersó a los soberbios de corazón”. Y Jesús dice a los suyos que no sean como la levadura de los fariseos, y ellos no comprenden, y entonces les pregunta: “¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿es que tenéis el corazón embotado?”.
Fíjense qué citas: “Un corazón sabio e inteligente”, “dispersó a los soberbios de corazón,” “¿y es qué tenéis el corazón embotado?”.

Tres citas que aclaran lo que para Jesús significa la palabra corazón. El corazón es la fuente de la personalidad. Equivale a lo que el hombre puede ser, por tanto, según sea su corazón, así será él. Es decir: según sea nuestro corazón, así será nuestra mente, lengua y obras.
Hermanos, no hay peor queja que la que pronunció Dios: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi”. Y la Palabra nos está invitando a que nosotros nos preguntemos:

-¿Cómo está mi corazón? ¿Estoy edificado sobre la verdad o sobre la mentira?

-¿Alabo las cosas buenas de los que me rodean o me fijo más en sus defectos y fallos?

-¿Sé sonreír y agradecer a los míos: padres, esposo/a, hijos, abuelos, hermanos, cuanto hacen por mí?

Mostrémonos con un corazón agradecido, pues el Señor que nos da su Palabra. Y para que la hagamos vida, nos entrega su Pan, fortaleza en nuestro camino.

¡Suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción)
 
NOTICIAS RELACIONADAS

Más recientes