Curioso resulta ver cómo vamos adelantando las fechas que corresponden en Navidad en la vida social de nuestro entorno. Cada vez más se adelantan a fechas más tempranas las instalaciones de luces y adornos de Navidad, antes de empezar este tiempo. Pero también es curioso ver cómo se retiran antes de que realmente este tiempo haya finalizado, principalmente, por desconocimiento.
Me ha pasado en mi propio colegio donde algunas personas me han advertido que ya no pega tener el misterio del Nacimiento o, incluso el árbol de Navidad con la estrella encendida. Pues bien, el tiempo litúrgico de Navidad abarca desde el Nacimiento de Jesús, en la noche santa del 24 de diciembre al 25 de diciembre, hasta el primer domingo después de la Epifanía del Señor, domingo en el que celebramos el Bautismo de Jesús. Es aquí donde la liturgia nos establece el fin de este primer período de “nacimiento de Jesús”, si bien Jesús se bautizó de adulto y no de niño. Aunque fuera así, realmente, en la vida actual, por norma práctica solemos nacer en la vida y recibir el bautismo a los próximos días del nacimiento.
Es así como lo celebramos también en nuestro calendario litúrgico, si bien hay que decir que, no encontramos muchos más pasajes de Jesús durante su infancia o su llamada vida privada, más que los del propio tiempo de Navidad, la huida a Egipto, la presentación en el templo ante los ojos del anciano Simeón o la predicación que hace por la Pascua el propio Jesús con tan sólo unos 12 años de edad cuando se pierde en la caravana de regreso.
Dicen los belenistas que la fecha propicia para desinstalar el misterio del nacimiento en nuestros hogares debe ser la fiesta de la candelaria o fiesta de la luz, que coincide con la narración del pasaje de la presentación de Jesús en el templo ante la presencia del anciano Simeón y que, a día de hoy, muchos fieles siguen realizando con sus hijos menores en diversos templos de nuestra geografía. Por todo ello, os anuncio que es este domingo el tiempo en el que finaliza la Navidad. Por tanto, felicitémonos por el nacimiento del Cristo aún en estos días y no adelantemos la retirada de nuestra alegría cristiana de este tiempo.