viernes 15 agosto 2025
InicioReligiónRevisar nuestras actitudes en el XXVIII del Tiempo Ordinario

Revisar nuestras actitudes en el XXVIII del Tiempo Ordinario

Los invitados que no quisieron ir a la boda

A los que en estos domingos anteriores, reunidos en asamblea santa, hemos proclamado y escuchado la Palabra de Dios, a los que hemos reflexionado sobre las parábolas del Reino –la del propietario que llamó a distintas horas a trabajar a su viña; la del hijo que dijo “sí” y no fue a trabajar a la viña; la de los labradores que no rindieron cuentas y terminaron matando al hijo para quedarse con la viña, con la herencia–, hoy Jesús, con el mismo estilo de gran belleza descriptiva, nos sorprende con una nueva parábola del Reino: la de los invitados al banquete de bodas que no quisieron ir. 

Sabemos muy bien que Jesús, con ellas, se dirigía directa y especialmente al pueblo de Israel, al pueblo elegido, al que dijo “sí” y nunca se decidió a trabajar; al que fue llamado a primera hora y se tiene que contentar con el mismo sueldo que el que llegó al atardecer; al que se le pidió que rindiera cuentas de tantos cuidados por parte del amo y terminó matando a su propio hijo; al que fue invitado al festín y despreció el banquete de bodas… Pero observen que todas estas parábolas tienen una segunda parte: en la parábola del propietario que contrata jornaleros, unos reciben lo justo y a los del atardecer se les trata con generosidad; en la parábola del hijo que dijo “sí” y no fue, hay otro hijo que dijo “no” y fue; a los que no rindieron cuentas a su tiempo “se arrendará la viña a otros labradores que entreguen los frutos a su tiempo”. En la de hoy, los que no quieren ir a la boda son sustituidos por los que encontraron por los caminos, buenos y malos.

Sería muy pretencioso por nuestra parte colocar a Jesús mirando exclusivamente hacia sus paisanos, al lanzar este mensaje de denuncia, convertirlo en simple diatriba contra un pueblo sin respuesta generosa a las llamadas de Dios. Pero no; la mirada de Jesús traspasa el horizonte de su querida tierra, Palestina. Su mensaje no puede quedar prisionero en la historia de un pequeño pueblo desagradecido. 

Su denuncia trasciende la Historia y llega hasta nosotros, que nos tenemos que sentir también aludidos. También nosotros podemos ser de los que dijeron sí y no fueron; de los que nos creíamos con derecho al mejor sueldo y ya otros están siendo tratados con mayor generosidad, aunque han llegado más tarde; de los que teníamos que rendir cuentas y pretendemos quedarnos con la heredad, con el monopolio de Dios; de los que fuimos invitados a la boda, al compromiso cristiano, y nos excusamos porque teníamos otras ocupaciones. El mensaje de Jesús en estas parábolas del Reino, tiene una trascendencia histórica que alude a todos aquellos que hemos sido elegidos, cuidados y mimados, como su viña preferida, y no hemos dado los frutos apetecidos.

Lo que pasó entonces puede repetirse ahora. Antiguo Israel equivale a nuevo pueblo de Dios-Iglesia. La Iglesia puede estar reproduciendo el mismo modelo por el que fue rechazado Israel. Dicen los entendidos al interpretar este pasaje del Evangelio que el fallo de Israel no estuvo tanto en sus actos cuanto en su mentalidad o actitudes. Urge por tanto citar y retar al creyente cristiano a una revisión auténtica, seria y profunda de sus actitudes. 

Nos gusta mucho blanquear las fachadas, pero los cambios de mentalidad deben penetrar en una capa más profunda. Las reformas superficiales nunca llegan a la raíz del mal, no producen cambio interior del hombre, ni actitud fundamental distinta, ni desembocan en el hombre nuevo. Quizá empiece a sonar de nuevo, con fuerza, la hora de la trascendencia, que no es otra cosa que volver a mirar hacia arriba y rebasar, por insuficiente, lo que está a flor de tierra. Decía un autor que “en la jaula de su planeta los hombres se mueven en círculo porque han olvidado que se puede mirar al cielo”. Pidamos a Dios que nos ayude a mirar al cielo.

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel.
¡Suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción)
 
Artículo anterior
Artículo siguiente
NOTICIAS RELACIONADAS

Más recientes