Antequera ha celebrado el Día de la Vida Consagrada este sábado 2 de febrero, con la profesión de los votos temporales de Sor Francisca del Niño Jesús Muthini Mutuku en el Convento de la Orden Mínima de Santa Eufemia.
A las 12 del mediodía en la iglesia de Santa Eufemia, los religiosos entraron al templo en procesión desde la Plaza de Santiago, en cuya ceremonia emitió sus votos en el Monasterio de Monjas Mínimas de San Francisco de Paula, una joven keniata, nacida Verónica Muthini Mutuku que en el convento tomó el nombre de Sor María Francisca del Niño Jesús.
El capellán de las Mínimas, el padre trinitario Domingo Reyes ha presidido la Eucaristía concelebrada por varios sacerdotes, en la que la monja ha tomado el hábito de las Mínimas, ante la presencia de la Madre Superiora Madre Francisca y de Sor Lourdes.
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Vídeo con imágenes de los votos temporales de la religiosa
Antes de la ceremonia, ella misma nos explicaba quié era: “Soy una joven de Kenia, nacida en el seno de una familia ejemplar, en la que aprendí la vivencia de la vida cristiana y la práctica de las virtudes. Estoy muy agradecida a mi familia, pues ella fue la base y raíz de mi vocación religiosa. Sentí la llamada del Señor a su seguimiento en la vida contemplativa de distintas maneras, en las que me fue mostrando cuál era su deseo desde pequeña. Recuerdo que después de una lectura del catecismo sobre la vida consagrada, me entraron unas ganas grandes de consagrarme totalmente al Señor, aunque era pequeña y no sabía cómo podía realizarlo. Así empezó más fuerte la inquietud y la búsqueda a lo largo de mis estudios de Primaria y Secundaria, leyendo la vida de los santos, y una cosa que me ayudó mucho fueron las conversaciones que teníamos en el grupo de amigas sobre la vida religiosa. Cuando tuve ocasión ingresé en un instituto de vida activa en Kenia, pero después de un tiempo salí, pues no llenaba mis deseos de consagrarme totalmente a Él.
El Señor salió a mi encuentro, cuando estaba sin saber qué hacer ni cómo realizar lo que sentía: providencialmente me encontré con una monja Mínima y, después de hablar con ella, mi alma se llenó de mucha paz, y sentí que Dios me llamaba a vivir el Carisma de la Orden Mínima de San Francisco de Paula. Y Él… me allanó los caminos, nada fáciles, y el 7 de enero de 2009 llamé a la puerta del Monasterio de Santa Eufemia de las Monjas Mínimas de San Francisco de Paula. Tengo que decir que desde el primer momento me sentí identificada con él».
Todo comenzó «el 7 de octubre de 2010, comencé el Noviciado y después de dos años y un poquito más de formación y de experimentar y vivir la Regla, la oración, el silencio evangélico, la penitencia, la caridad, la vida comunitaria, la humildad… y la entrega en el servicio de la Iglesia, estoy muy feliz y dispuesta libremente a emitir mis votos y entregar mi vida al Señor que, por su infinita misericordia, me ha llamado a su seguimiento en la vida contemplativa. Desde estas líneas me atrevo a pedirles que recen por mí, para que sea siempre fiel a Aquél que me amó primero. Yo desde mi pequeñez ofrezco mi oración y mi vida por todos ustedes”.
Más información, edición impresa sábado 9 de enero de 2013 de El Sol de Antequera