Jueves 12 de marzo de 2020 a las 17 horas. Ésa era la fecha que tenía marcada en mi agenda para acudir al Colegio María Inmaculada y preparar un amplio reportaje sobre su Centenario. Una cita que ese mismo día por la mañana tras mensaje y llamada telefónica se tenía que posponer por todo el caos e incertidumbre informativa que esos instantes previos al anuncio del confinamiento se tenían.
Ahora, nueve meses después, como si toda una vida hubiese pasado ante nosotros con una losa de la que nos costará desprendernos, por fin nos vemos. Toca hacer frente a ese Centenario, pero en este momento, despedirnos de él como se merece una efemérides que ya forma parte de su propia historia.
Nos reciben en silencio, como estuvo el colegio en el inicio de la pandemia. Es extraño entrar a un lugar por el que pasan más de mil personas al día y solo reine el sonido de los gorriones que se acercan a esas plantas que han florecido este año más que nunca. Unas vidas se apagan y otras empiezan.
Sor María Dolores Montero Guzmán, directora titular y sor Ana Pilar Saco Torres, directora pedagógica del Colegio María Inmaculada, nos reciben para hablarnos de este Centenario truncado que se inició el 30 de noviembre de 2019. Mucho se ha tenido que cambiar un programa que será anecdótico para siempre. “Las actividades estaban fijadas y teníamos todos una ilusión enorme. Habíamos contado desde el principio con el apoyo del Ayuntamiento para llevar a cabo algunas de ellas. Todo se detuvo con el confinamiento y la presencia del Covid que ha cambiado la vida y planes de todo el mundo. Solo se ha podido llevar a cabo la apertura, primero con el Pregón y luego, con la Eucaristía del día 8 y poco más”.
Una de las actividades marcadas en rojo era el Día de los Antiguos Alumnos, que en principio se cambió de fecha para octubre, pero que también se anularía, aunque sigue estando presente en ellos, nos señala Sor Dolores: “La celebraremos aunque sea en el 2023”, y añade “pensamos que aunque haya pasado el Centenario, no hay nada que impida ese encuentro para el que ya había una buena movida”.
Una exposición “Cien años de historia” que recogía todo este tiempo de vida en nuestra ciudad; concierto de la Coral María Inmaculada, paella solidaria, miniolimpiadas, proyección de luces en la fachada del colegio dentro del ‘Antequera Light Fest’… Después de tanta planificación y ver que se queda en el aire por algo que no podemos controlar, qué sensaciones deja: “Visto a la luz de que es el Señor quien lleva la historia, quien lleva la vida, quien sabe o permite por qué pasan todas las cosas, pues en sus manos está todo. Tenemos mucha pena, porque como personas que somos es mucha pena la que sentimos con la ilusión tan grande que teníamos”. Nos informan que el próximo día 8 de diciembre, la festividad de la Virgen Inmaculada con Eucaristía será a las 11 de la mañana.
Cinco hermanas formaron la primera comunidad el 3 de julio de 1920, abriendo las puertas en octubre de ese mismo año a 150 alumnos para las clases, algo que dista de los años vividos con un convento prolífico en vocaciones y un centro que ha ido aumentando en alumnos llegando hasta casi los 800 de Infantil a Bachillerato, más los 500 en Magisterio; todo para las 13 religiosas que conforman el convento hoy. ¿Cómo se vive hoy día con todo esto? “Las hermanas somos menos, con dos obras muy grandes, porque también está Magisterio, para menos hermanas que antes y con más exigencias que antes” y hace hincapié: “Nuestra vocación es el niño, la Educación, el darle lo mejor de nosotros mismos”.
La parte educativa de este centro centenario
Lejos quedan aquellas labores extras que tuvieron como Hospital de Sangre en 1921, Gota de Leche donde llegaron a repartir más de cien mil biberones; lugar para dar comidas a las milicias, de unos bandos y de otros… Circunstancias ante las que las franciscanas accedían siempre dando toda su ayuda a quien lo precisara.
Ahora, con el crecimiento que poco a poco fue surgiendo y uniéndose ya en 1954 la Escuela de Magisterio Rural, estamos ante un lugar con carisma propio marcado por la congregación fundada por la Beata Madre Carmen.Sor Ana Saco, describe esta enseñanza que ofrece el Colegio:“Defendemos una educación integral, donde trabajamos los cinco ámbitos del ser humano: biológico, social, afectivo, intelectual y espiritual. Buscamos un desarrollo proporcional de los mismos para que el ser se vaya realizando como persona”.
54 profesores para cerca de 800 alumnos en una educación de doble línea, bilingüe, “cuyos puntos fuertes son el desarrollo de la robótica en Primaria y Secundaria, plurilingüismo, apoyo a actividades deportivas, fomento del Coro con profesores titulares con una fuerza importante en el centro”. Y con el reto actual en la Educación: “El profesorado y las familias han dado el ‘do de pecho’ han actuado perfectamente. Los profesores han trabajado a destajo y las familias apoyándoles también. Este tándem, profesorado y familia, funciona perfectamente y sólo tenemos una palabra para todos que resume nuestro sentimiento como Comunidad Educativa: gracias”.
¿Cómo hacer funcionar todo donde además se triplican, contando a madres y padres? “Lo básico es un equipo directivo bien coordinado, yo puedo organizar el colegio porque tengo un equipo que funciona, es un órgano muy fuerte en el colegio”, reflexiona.
Nos despedimos deseando que ese silencio que se impuso en un tiempo que no se esperaba, no vuelva nunca. Las risas de los alumnos siempre han estado unidas a estos muros de un centro, un espacio cargado con más de cien años de historia. Un transcurrir que de forma inexorable se une al paso del tempo de una ciudad: Antequera.