Navegando por nuestro archivo, nos encontramos con un amplio reportaje sobre las procesiones de María Auxiliadora en Antequera en los años 1966, 1967 y 1969 que traemos a estas páginas más de medio siglo después.
Así, en 1966, nuestras páginas recogen que tras los cultos celebrados en el Colegio de los Salesianos, “en la mañana de hoy tendrá lugar a las diez y media, en la iglesia parroquial de San Pedro, la santa misa cantada por los alumnos del Colegio, y seguidamente, a las once, saldrá en procesión la sagrada imagen”. El recorrido fue: San Pedro, Santa Clara, San Francisco.
Diego Ponce, Cantareros, Infante don Fernando y Lucena hasta regresar al templo.
Más detalles tenemos de 1967 cuando la procesión se celebra en domingo donde “la hermosa imagen, colocada en artística carroza con profuso adorno de flores, recorrió las calles, que estuvieron muy animadas de gente”.
Abrió el cortejo la banda de cornetas y tambores del Colegio Salesiano de Ronda y “formaron en largas filas, primero, los del Colegio de Aguirre, yendo en el centro grupos de niños y niñas de Primera Comunión, siguiendo en las filas el clero infantil, señoritas con mantilla negra; muchas alumnas de los Colegios de María Inmaculada, Victoria y Recoletas.
También asistieron miembros de la Archicofradía de María Auxiliadora y Asociación de Antiguos Alumnos salesianos y otros devotos.
Durante todo el recorrido se rezaron oraciones y cantaron himnos, y al regreso a la iglesia de San Pedro se aclamó a la venerada imagen de María Auxiliadora”.
Mientras que en 1969 la procesión fue en la tarde del sábado, constituyendo “un acto de gran devoción, en la que formaron, precediendo a la Virgen, en nutridas filas, las alumnas de los colegios de religiosas y los muchachos que cursan estudios en el
Colegio de Aguirre que iban cantando himnos marianos”.
El cortejo lo abría la banda de cornetas y tambores de los Maristas de Priego de Córdoba y cerraba marcha la Banda Municipal. Al término de la procesión, “se dispararon cohetes y ardieron muchas bengalas, siendo aclamada María Auxiliadora con fervorosos vítores”.
Son recuerdos del ayer, que pueden servir para recuperar la esencia del aclamado estilo antequerano que también es el de calles llenas de devotos ante sus procesiones. ¿Quién se anima a mimar más las aceras?
