Para comenzar, diremos que el periostio es una membrana fibrosa y vascularizada, la cual nutre y da sensibilidad al hueso y se sitúa por la superficie externa de éste, a excepción de zona de inserción de ligamentos, tendones y superficies articulares.
De este modo, la periostitis tibial es una inflamación del periostio, que generalmente afecta a la zona distal y medial de la tibia, también conocida como espinilla. La inflamación produce un maldito dolor gradual, muy intenso, la sensación es que “la tibia arde”, que aparece cuando corremos –llegando a hacer que debamos parar sí o sí– y que al ceder el ritmo o en reposo, se mitiga.
Cuando descansamos, persiste cierta molestia en la zona y aunque tras unos días quizá podamos olvidar el dolor, éste volverá a aparecer cuando volvamos a “probarnos” corriendo nuevamente –que seguro que será al cabo de pocos días–. En ese momento, aparecerá nuevamente el dolor y con la misma intensidad previa.
Esta inflamación está debida al continuo traumatismo del pie con el suelo. Se cree que las vibraciones trasmitidas por el entrenamiento muy intenso sobre terreno duro –asfalto, cemento–, por un apoyo incorrecto –pies pronados o supinados– o un calzado deportivo inapropiado pueden ser causa de esta molesta lesión del corredor.
Una vez identificado a qué se debe la inflamación y el dolor que tanto nos trae de cabeza, ¿qué debo hacer?, qué dices? ¿Después de todo lo que tuve con la fascitis… otra vez reposo, y hielo? ¡Estos fisioterapeutas y podólogos con descanso y frío lo arreglan todo!
Pues sí amigos, el primer y mejor remedio para ello es parar de correr o por lo menos, bajar el ritmo y probar por superficies más blandas para que nuestras piernas descansen, acompañándose con la aplicación de hielo en periodos de 5 a 10 minutos con la pierna elevada de 15 a 20 centímetros sin superar los 20 minutos.
De hecho, no hace falta que insista mucho, parareis sí o sí debido al intenso dolor. Es importante empezar a tratar pronto esta patología, ya que una periostitis mantenida puede desembocar en una fisura o incluso en una fractura total por estrés, como en el caso de David Villa.