sábado 27 abril 2024
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Chica: un ángel del cielo

El pasado domingo 21 de agosto nos dejó Chica Rodríguez. ¿Quién no conoce a Chica? En las parroquias, en el colegio, en Mies, en el Hospital, en la Escuela de Agentes, Misiones… Un torbellino de persona que SIEMPRE está donde puede ser útil, donde puede ayudar a alguien, donde haya algo que hacer, allí está Chica. 

Chica era un torrente de amor a caudales, siempre he dicho que cuando alguien se muere, automáticamente todo el mundo habla de lo bueno que era, pero en el caso de Chica, lo digo hoy que la hemos despedido, y lo hubiera dicho la semana pasada; Chica era un apoyo para todo el mundo. ¿Quién no ha llegado a Urgencias y se ha alegrado al verla allí? ¿O a las consultas? ¿O a la parroquia? ¿O a…?, siempre estaba atenta a entregarse por los demás, y entregarse de verdad, dando hasta de lo que le era necesario.
 
Chica es de esas personas que donde llegan se notan, por todo su ser, su desparpajo, su claridad, su ofrecimiento, su cercanía. Es tanto el ruido que hacía, que ahora está todo muy en silencio, es como si hubiera pasado un ángel. Chica nos ha dejado y se nos ha callado el alma. Ha sido muy duro, estar el lunes en el entierro, muy duro ver a cuanta gente ha convocado su despedida, cuantos jóvenes, cuantas personas diciendo adiós a esta amiga del alma.
 
No me quedo con una lágrima, las he vaciado todas para ti. Ahora me quedo con una sonrisa, esa que siempre nos echábamos, riéndonos de la vida, de todo lo que se movía. Me quedo con la tranquilidad de haber conocido a un verdadero ángel del cielo aquí en la tierra. 
 
A cuantísima gente has ayudado, dándolo todo, hasta lo que te era necesario. Adiós amiga, solo decirte que hemos aprendido mucho de tu forma de ser, de tu generosidad, de tu entrega, de tu inconformismo, con tu cercanía. 
 
Adiós amiga, ahora estás con la madre, la Esperanza Macarena cara a cara, estás con Diego Ernesto, con tu padre, Maribel, ya sabes, a liarla en el cielo, algo habrá que hacer allí, ¿si no para que te han llamado tan pronto?
 
Aquí nos quedamos vacíos, pero esperanzados de que allí nos vas a cuidar. Dale un fuerte abrazo a Santa Teresita y a tu Charles de Foucault, y al cura Diego Ernesto, un guiño y brindaré con tu Negrita mirando al cielo, ¡adiós cariño!
 
Manuel García de la Vega 
 
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