A los 79 años de edad, entregó su alma a Dios nuestro querido amigo, Juan Castillo Artacho, hijo de aquel gran colaborador, desde su quiosco, de nuestro periódico que fue Juan Castillo, y colaborador él mismo cuando abrió un quiosco en mitad de la calle Infante, casi enfrente del que montó su padre.
Juan era persona dotada de una extraordinaria simpatía y amabilidad, al que quería todo el mundo que tuvo la suerte de tratarle. Formó con Victoria Porras Guerrero una familia querida y respetada, que contó también con innumerables amistades.
Por ello la inesperada noticia de su fallecimiento fue muy sentida en la ciudad, como se puso de manifiesto en las visitas al Tanatorio de Antequera, para testimoniar su dolor a su esposa, hijos y familiares, y en el acto del sepelio, verificado el domingo en la iglesia parroquial de San Sebastián. Desde estas líneas, nuestra profunda condolencia a su esposa, hijos y familiares, al tiempo que pedimos a nuestros lectores una oración por su alma.