El pasado sábado 21 de agosto nos dejaba a los 86 años, don Juan Pineda Artacho, esposo de Isabel Márquez Artacho y padre de Consuelo y Benito. Un buen padre que junto a su esposa inculcaron esos valores y principios que son el mayor legado que se les puede dejar a unos hijos.
Juan era un hombre de profundas creencias cristianas. Como le exponían a la familia en su duelo y despedida: un hombre muy bueno, muy buena persona y muy familiar. Lo primero siempre era su familia, con su esposa con quien llevaba casado 50 años. Amor que se extendía a sus hijos y su nieta, Ana, a la que adoraba, con quien se le iluminaba la cara con solo sentirla cerca.
Su pasión era el campo, al que dedicó toda su vida, entre Cuevas Bajas y Antequera, sus dos tierras que se unen ahora al Cielo donde el Señor le habrá recibido tras una vida entregada a los demás. Descanse en paz, que su vida siga presente en su familia y que Dios dé consuelo a los que le querían ante la pérdida del referente de la familia Pineda-Márquez.