Con 97 años nos dejaba este domingo, doña Francisca Domínguez Villalobos, mujer que junto a su recordado marido Pedro Fernández Cerván, sobrevivió como pudo la época de la Guerra y la Dictadura, consiguiéndolo y sacando adelante su familia y su tienda de comestible en la calle Trasierras.
Muy conocida y querida en la ciudad, ya que fue consciente de los problemas sociales de los años 30 y 40 y, tras venir de Monda, trabajó en el campo, emprendió la labor del establecimiento de ultramarinos, especializado en épocas en venta de productos de matanzas y teniendo una relación muy cercana con sus clientes en esas tiendas de barrio que lo dieron todo por y para sus clientes.
Conocida y querida además por sus hijos: María, Francisca, Pedro, Isabel y Francisco, quienes siguieron con los valores aprendidos de sus padres. Entre ellos, Pedro, conocido y querido en la ciudad, por la tienda de sus padres, por la Peña Er Botío, por el fútbol, por ser concejal en el Ayuntamiento y estar siempre que hace falta.
Como dijo el sacerdote y uno de sus nietos: una mujer que superó las adversidades que lo tocaron vivir, pero que siempre estuvo con sus hijos. Se nos va una mujer que superó las incongruencias de la Guerra y mantuvo a su familia como pudo.