Semana de pérdidas de grandes antequeranos que lo dieron todo por su tierra, desde su trabajo y con su familia. Así, el martes 19 de enero nos dejaba a los 89 años, doña Marina Mir de Rojas, farmacéutica de su farmacia de calle Lucena próxima a San Agustín, donde lo dio todo por quienes llegaban en busca del medicamento y el consejo para superar cualquier dolencia o enfermedad.
Junto a su marido, el recordado don Antonio Villalón Lebrón (que estuvo al frente de lo negocios del motor como fueron el célebre Garaje Alameda o la marca Renault, así como presidente de la Comunidad de Propietarios del Polígono Industrial), lo dieron todo por su familia, por sus amistades, clientes y lo que la ciudad demandara.
Dieron a la ciudad el mayor legado que se puede ofrecer: sus hijos, quienes ahora se han quedado ya solos, tras fallecer hace años su padre y ahora su madre. Ellos (Antonio, Marina, Idelfonso, Sofía, Javier, Álvaro y Laura) continúan con lo aprendido de ellos, los valores de la profesionalidad, el servicio y seguir teniéndolos presentes en sus hijos.
Doña Marina, desde que terminó sus estudios de farmacia en 1954, prestando una labor asistencial de forma incondicional y siempre mirando por el bienestar de las personas. Estuvo al frente de su farmacia hasta 2018, año en el que se jubiló y se retiró.
Forma parte de la historia de nuestra ciudad de los últimos tiempos, de esos años donde se iba a la botica y no a la farmacia, en búsqueda de remedios caseros que todo lo sanaban; hasta los ya actuales de la farmacia con las medicinas y amplitud de horarios.
Desde aquí nuestro pésame a la familia, de una persona que destacó por su trato, bondad, atención a todas las personas y ser parte del día a día de nuestras vidas. Este sábado 30 de enero, a las 19 horas en la iglesia de San Sebastián, piden asistan a la misa donde la tendrán presente por su eterno descanso.