A la edad de 85 años, entregaba su alma a Dios un querido amigo, un gran antequerano, un profesional grande de la restauración y la gastronomía locales a las que dio fama por toda Andalucía, siendo especialmente celebrados sus pescados, ésos que iba a seleccionar todos los días a las 4 o las 5 de la mañana a la Lonja de Málaga, para traerlos más frescos, los mejores.
Eso, en los establecimientos en los que estuvo con su padre, cuando él tomó las riendas de la firma Lozano, en calle Cantareros, en calle Trasierras, donde tuvo siempre a su lado a su esposa María Lozano León como puntal de su cocina, y últimamente, contando ya con el apoyo de sus hijos para los que fue no sólo el mejor padre, sino también el mejor maestro, en el Polígono Industrial.
Pero además fue un esposo ejemplar, un padre ejemplo de trabajador y honradez, de vocación de servicio, de amor a su profesión, que se desvivió por sus hijos y enloquecía con sus nietos; amigo de sus amigos, servicial, amable, propagador y defensor de las bellezas de Antequera, que se lo reconoció en el año 2000 con la concesión del merecidísimo “Efebo de Antequera”, una de las más justas distinciones otorgadas por nuestro Ayuntamiento.
Pero, feliz con ese honor, el mejor premio para él, era comprobar el afecto de los antequeranos y de todos quienes desde muy fuera llegan hasta su local, un viejo sueño que él logró hacer realidad. Junto a todo ello, Juan Lozano, se granjeó el afecto de sus compañeros de gremio, que veían todo lo que de bueno encerraba como nos decía Juan Antonio Velázquez de Finca Eslava.
Fue velado en el Tanatorio de Antequera, donde cientos de antequeranos, amigos y compañeros de profesión acudieron a acompañarle en sus últimas horas. Al día siguiente, el jueves, recibió su despedida en la iglesia mayor de Antequera, la parroquial de San Sebastián, donde el arcipreste padre Antonio Fernández López, se refirió a ser referente trabajador y luchador, llevando al frente un negocio que empezó de la nada hasta convertirse en lo que es hoy el complejo del Hotel-Restaurante Lozano.
Descanse en paz, y vaya nuestro pesar a su esposa, a sus hijos, nietos y demás familia, de este gran antequerano que pasa a la historia como uno de los emprendedores que se atrevieron a apostar por el Polígono Industrial como lugar de expansión.
