Ella es: solidaria, positiva, atenta, amable, desprendida, alegre, entregada a sus hijos, a su esposo a sus hermanas, a su madre, a sus hermanos políticos, amiga de sus amigos, risueña, muy trabajadora y rociera. Aunque según dicen tus nietos, tu mayor logro ha sido el de ser una gran abuela para ellos: José Miguel, Esther, Joaquín y María que la adoraban.
No quiero aburrir con todos estos calificativos que sólo logran definir en parte lo que ha sido la vida de Mari Atroche, María Carmen Atroche Pineda, que nos dejó el día 29 de diciembre, después de una maldita y larga enfermedad contra la que luchó con todas sus energías, y toda su fuerza hasta última hora, pero no pudo ser.
Quiero pensar que todo tiene su porqué, y que el Señor allí arriba le tiene preparada una gran labor y un puesto especial, que requería de un alma, como la suya llena de vitalidad, alegría y entrega a los demás. Has sido un ejemplo de mujer y de vida.
Me imagino que este vacío que has dejado en nuestras vidas, poco a poco se irá completando con nuevas ilusiones que traiga la vida. Pero está claro que tu gran labor en la tierra, no podremos olvidarla los que estuvimos cerca de ti y tuvimos el placer de conocerte.
Ésta no es sólo mi opinión como cuñada, muchos son los que te están recordando y lloraron en tu despedida. Tu familia rociera de la Hermandad del Rocío de Antequera, tu familia de la Asociación Casas de Asís, amigos de las cofradías de Antequera, tus amigos y vecinos de siempre, y nosotros tu familia, que siempre te llevaremos en el corazón y en nuestro pensamiento, y así conseguiremos que vivas para siempre. Descansa en Paz.
María Jesús Rodríguez
