viernes 22 noviembre 2024
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Por la Fiesta de Interés Turístico Nacional

Antequera prosigue en 2020 su propósito de que nombren Fiesta de Interés Turístico Nacional a su Semana Santa. ¿Y por qué motivo? Seguro que sabrá de las excelencias de la Semana Santa andaluza de Sevilla, o de Málaga; de la sobriedad castellana de Valladolid o de la plasticidad de Murcia. Pero para comprender y sentir la verdadera esencia de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, tiene que conocer la de Antequera. No porque esta publicación verse sobre ella, sino porque se funde la devoción y el fervor de imágenes que se veneran desde el siglo XVI y que mantienen el culto heredado de las generaciones de siglos atrás hasta hoy.

Pero la Semana Santa no son sólo procesiones en Antequera. Aquí se vive de dos formas. Por un lado, la de sus conventos e iglesias, recogen la celebración de cultos que resuenan de forma especial entre las altas bóvedas y cúpulas, entre los imponentes artesonados. Por otro lado, están las procesiones de las cofradías de las antiguas hermandades de Pasión. Las primeras cofradías antequeranas datan del siglo XVI, y desde entonces se mantienen desfilando desde el Domingo de Ramos al de Resurrección, todos los días de la Semana Mayor, la de Antequera. 

Las más antiguas conservan su patrimonio, venerando imágenes del siglo XVI en adelante y atesorando un cuerpo procesional de la época remozado con el que se va incrementando con el paso de los años, incluso a comienzos del siglo XXI con nuevos bordados y tronos, como el proyecto de recuperar el palio del Dulce Nombre de Jesús de la Cofradía de “Abajo” o el nuevo del Señor del Rescate o del Nazareno de “Arriba” o de la Virgen de la Vera Cruz, así como los de las Cofradía de la Pollinica. 

El enraizamiento de las cofradías en los antequeranos de todas las épocas ha propiciado un singular patrimonio artístico e histórico en las imágenes, en los enseres, en la singular vestimenta de los cofrades que tiene su máxima expresión en las túnicas de los hermanos mayores de trono o de los niños vestidos de campanilleros de lujo (pequeños vestidos con túnicas de terciopelo bordadas en oro) o en la maravilla de mantos y palios de estilo antequerano (altares formados por una gran peana de madera tallada y dorada que alza la imagen que se cobija sobre un palio esbelto y estrecho con terciopelos bordados y tubos de plata cincelados y repujados). 

Es peculiar la forma de llevar los tronos a hombros de hermanos con horquillas (quienes llevan esos benditos altares se llaman hermanacos), o en momentos realmente singulares como el amarre de las almohadillas (colocar un pequeño cojín en las andas para aliviar el peso), el desfile de la armadilla (especie de pasacalles previo a la procesión por las calles del recorrido, pero sin las imágenes) que abre cada procesión, o las «vegas». Uno de los «milagros» más célebres de nuestras procesiones es el de «correr la vega». Se trata del mantenimiento de una tradición por la que al llegar los tronos al pie de las empinadas cuestas que conducen a sus templos, los hermanacos las suben corriendo sin parar… Es un esfuerzo incomprensible, inexplicable tras el largo recorrido, imposible de describir ni de comprender si no es viéndolo, participando de él, y que supone la suprema penitencia en las procesiones de Antequera… 

Se mantienen el Jueves y el Viernes Santo. Su origen se basa en la bendición de «la vega» antequerana, es decir, del fértil campo del municipio, por parte de las imágenes veneradas; y, también, en el grito de «a la vega» por el que los ejércitos acudían al campo para batallar en la época de musulmanes y cristianos, de ahí la carrera a trote. Busque un día y no se las pierda en su visita a Antequera.La ciudad mantiene sus creencias cofrades por encima de todo conflicto social. Así, a mitad del ya pasado siglo XX llegaban en «trenes especiales» viajeros de Córdoba, Granada y Málaga, para presenciar la Semana Santa de Antequera, ya que sus localidades perdieron las procesiones por los conflictos civiles de la Guerra, por lo que venían aquí para admirar nuestras ancestrales cofradías.Nueve son las cofradías que procesionan en nuestra ciudad en Semana Santa (Pollinica, Estudiantes, Rescate, Mayor Dolor, Consuelo, Dolores, Paz, Socorro –que este año celebra su 400 aniversario fundacional con actividades extraordinarias– y Santo Entierro), cuyas procesiones concluyen con la oficial de la Agrupación de Cofradías de Pasión, la del Señor Resucitado al mediodía del Domingo de Resurrección.  

Si quiere sentir una forma autóctona, no lo dude y visítenos y descubrirá el sentimiento cofrade local. No se arrepentirá. Cuando venga, le recomendamos que busque el libro especial de El Sol de Antequera. Una ciudad cofrade donde durante todo el año, que mantiene festividades, misas, verbenas, procesiones, actos benéficos, promocionales, participando en el día a día de la ciudad. Antequera mantiene su encanto, sus devociones, su patrimonio, su vocabulario, su forma de entender las cofradías en Semana Santa.Por ello, el Ayuntamiento de Antequera insiste en este año 2020 el poder ser reconocida como Fiesta de Interés Turístico porque… “Antequera, Antequera, Antequera… es Amor, Fe y Esperanza, de que Cristo va a morir en la Cruz, pero Resucitará según la Pasión y Gloria de Antequera…!”. ¡Venga a sus procesiones y, si no pudiera, acuda a sus templos durante todo el año, donde podrá descubrir las obras de arte que lleva la devoción popular mantenida por las cofradías!  

 
 
Más información, edición «El Angelote» 2020, Periódico Turístico de Antequera. (Pinche aquí y descargue versión PDF). 
 
 
 
 
 
 
 
Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel.
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