Acudieron a “Fitur”, un grupo de concejales, con el alcalde a la cabeza, tratando de multiplicar los euros que escasean y sacarles el mayor partido; un grupo de empresarios y periodistas, entre los que figura el de “El Sol de Antequera”, sin más medios que su voluntad de informar a los antequeranos y presentar el “especial” que llevamos varios años editando sin más ayuda, prácticamente, que la de nuestros buenos amigos comerciantes e industriales que valoran su utilidad y nuestro esfuerzo, y que durante el año, Enrique Torres, Manoli González y demás estupendos “guías” turísticos voluntarios, reparten entre los turistas que nos visitan, como se reparten en la Oficina de Turismo y en los Hoteles de la ciudad; un “especial” práctico con una historia resumidísima de Antequera, un repaso a sus monumentos, este año con especial hincapié en “Dólmenes”, El Torcal y La Peña de los Enamorados, a sus casas solariegas –de las que, ¡ay!, cada vez quedan menos–, a su Semana Santa, y a las restantes procesiones que salen cada año reivindicando las creencias, el arte antequeranos, a sus figuras históricas y actuales, con un mapa donde señalamos la localización de hoteles, bares, restaurantes, museos –muchos y buenos– y todo lo que podrán apreciar nuestros lectores.
Y Antequera acude, bajo el paraguas de la Diputación Provincial, con la que las relaciones son mucho mejores y el Patronato de Turismo Costa del Sol, que, ¡por fin!, parece haberse dado cuenta de que el Turista está loco con el sol, la playa y la temperatura, y los espetos y los “pescaítos fritos”… pero se alegra de conocer “El Torcal, Los Dólmenes, El Reloj, El Carmen, los Museos; de recorrer nuestras calles y Plazas –¡cuántas fotos en la Plaza de San Sebastián!—y de probar nuestra “porra”, las especialidades de cerdo ibérico y pescados, los guisos, incluidos los gazpachuelos y la sopa “viña AB”, que le salen como les salen a nuestros amigos Juan Antonio, Pepe, Juani, Paco, María, Juanchi, Charo, Pablo, Ramón, y un largísimo etcétera (ver relación completa en el “especial” que citamos)… o en el mismísimo Torcal, con un formidable restaurante italiano que completa la oferta para todos los gustos.
Todos y cada uno de ellos, las industrias agrarias, olivareras, hortofrutícolas, los empresarios que mejoran y amplían los hoteles y pensiones, haciéndolos cómodos y acogedores, los funcionarios que cuidan las luces y la limpieza –tan elogiada– de nuestras calles, merecen de una vez que los especialistas de los grandes medios –hay uno destacadísimo, que al citar Dólmenes señala uno que no se tiene en pie, ignorando los nuestros, como por desgracia ocurre hasta en medios andaluces– merecen que se nos apoye como a otros sitios, que se vean recompensados sus esfuerzos. Con esa ilusión acuden todos a Madrid, con esa esperanza. De que no nos regalen nada, pero que tampoco nos lo quiten… ¡Que no vuelvan defraudados!
