La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios está implantando su carisma en la antigua Residencia de Las Hermanitas. Preparan un gran proyecto de reforma de sus instalaciones, en el que invertirán 3,5 millones de euros para pasar de 76 a 101 plazas con mejora de sus espacios de convivencia, según nos destaca el hermano Salvador Fuentes Barea, miembro de San Juan de Dios para guardar el carisma de la orden en Antequera.
Transformar toda la casa
Trabajan en una reforma total de la residencia: “Lo primero que hemos hecho son las medidas contraincendios. Es el primer paso, ya que queremos ampliar la casa, donde vivían las monjas, hay proyectado 21 habitaciones nuevas y 2 apartamentos dobles, de los que queremos, en un plazo a 3 años, de hacer hasta 10 apartamentos en el resto de la casa. Así, pasaríamos de las 76 plazas actuales a las 101 previstas”.
Serán tres años de obras: “En algún momento bajaremos los abuelos a la planta de abajo, terminaremos la reforma completa de sus habitaciones y los volvemos a subir”. Para el inicio de la obra, con una inversión prevista de 3,5 millones de euros, “contamos con una subvención del Ministerio de Servicios Sociales, pero no es suficiente, ya que tenemos que mejorar las habitaciones con baños nuevos, ventanas climalit, puertas contraincendios, armarios, cocina nueva, servicios, lavadero…”.
Por ello, piden ayuda: “Desde que hemos llegado, la Orden ha tenido que poner 300.000 euros en Antequera. Tenemos 300 socios bienhechores, cantidad que queremos ampliar”, por lo que precisan “la ayuda de todos los antequeranos porque ésta es también su casa, es un centro para Antequera, donde muchos antequeranos vendrán en un futuro”.
El cambio en el día a día
El 6 de mayo de este año se produjo el relevo de Las Hermanitas de Los Pobres a San Juan de Dios, siendo la tercera residencia que mantienen en la provincia. Unos meses donde “hemos tramitado todo el papeleo de cambio de titularidad” del edificio con 76 plazas para abuelos, donde han buscado “profesionalizar la asistencia, nuestra forma de trabajar es diferente, toda persona que asiste a los abuelos es profesional. Hemos contratado a once trabajadores más, siendo ya 39 los que trabajan aquí, desde enfermeros, auxiliares de clínica titulados a personal de servicios”.
El carisma de San Juan de Dios basado en la hospitalidad es su columna vertebral: “Aunque ellas ya la practicaban, nosotros buscamos estar cercanos a la persona asistida”, sumándoles el nuevo servicio de pastoral “que acabamos de abrir en la casa, donde hay un equipo propio para la residencia, en el que con un grupo de seglares atienden a los residentes”.
El día a día
La Residencia normalmente empieza su actividad a las 7 de la mañana, para preparar desde las 7,30 a los internos, que se van despertando, visitando a cada uno “con los baños, el aseo y vestirlos, ahí es donde vemos cómo están los abuelos por si precisan algo”.
Tras ponerse en pie: “Lo primero que hacen en común es el desayuno con los buenos molletes de Antequera. Todo el que puede se sirve él mismo, de los 76 residentes, hay 19 asistidos que necesitan ayuda por demencias o problemas físicos, los demás quieren valerse por sí mismos”.
Luego empiezan los talleres de memoria, pintura y a las 13 horas, el almuerzo, luego el descanso en sus habitaciones, hasta la merienda a las 16,30 horas, y luego algún teatro, con meriendas colectivas, baile…
Por la tarde, visitas de los familiares, hasta la celebración eucarística a las 19 horas. Tras la misa, cena a las 20 horas. “No hay hora de ir a la cama, ellos tienen su televisión, baño propio y se acuestan cuando quieren”, terminando el día a día en la Residencia de San Juan de Dios… hasta mañana si Dios quiere.
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