Una gran iniciativa de la Esclavitud de Los Remedios fue decidir visitar las parroquias y templos de la ciudad, como ya realizara en 2003 a San Miguel, el mismo templo y barrio al que llegará este jueves 8 de septiembre, fiesta local.
Como entonces, la asociación vecinal y la Parroquia se volcaron con la Patrona, acompañándola desde el Rosario de la Aurora hasta su regreso por la noche. Un paso por calles estrechas y llenas de sabor a barrio, como las Peñuelas, Nueva y su paso bajo el Arco del Nazareno.
Recordamos cómo fue la visita con la crónica y fotografías de aquel 8 de septiembre de 2003, hace ya 13 años.
La Esclavitud era presidida entonces por José Fernández Flores y tras visitar en 2002 el Barrio Girón y su comunidad capuchina del Salvador, abogaba por ir a San Miguel, con la dificultad de montar el templete y celebrar la misa en la calle, al no poder entrar en la iglesia.
La novena transcurrió en su templo patronal desde el sábado 30 de agosto al domingo 7 de septiembre, con exposición del Santísimo y rezo del Rosario a las 20 horas y celebración eucarística a las 20,30 horas. “Una de las novedades de este año ha sido dedicar un día para la renovación de la promesas matrimoniales (el miércoles 3), y otro para los enfermos (el viernes 5)”.
Tras la Salve a las 12 de la noche del domingo 7 al lunes 8, con la Coral María Inmaculada y presidida por el entonces vicario padre Tomás Suárez, la imagen se trasladó en Rosario de la Aurora a las 8 de la mañana, recorriendo Infante don Fernando, Santísima Trinidad, Plaza de San Bartolomé, Cambrón de San Bartolomé, Aguardenteros, Higueruelos, Mesones, Carreteros, Peñuelas, Bastardos, Plaza del Espíritu Santo, Mármol, Albaicín y San Miguel.
San Miguel recibía con los brazos abiertos a la Esclavitud, en un barrio con una destacada asociación de vecinos y unos cofrades que intentaban recuperar la Cofradía de la Humildad en el templo de San Miguel (imagen venerada en la iglesia del Loreto y que perteneció a una cofradía que estuvo en La Victoria) y los de la Pro Hermandad del Rocío con Julia Mejías al frente.
El presidente vecinal, José Sánchez, acompañó a la presidencia del cortejo, con el coro rociero del Barrio de San Miguel que le dedicó a la Virgen una poesía compuesta por Loli Manjavacas. A las 9,10 horas, entraba al templo parroquial, recibidos por su párroco padre José Luis Pastor, acompañados de representantes cofrades y de los concejales Manuel Barón y Andrés Calvo.
Misa en la plaza del barrio a pleno sol
Los vecinos llenaron la plaza de San Miguel, donde a las 19 horas se celebró la Eucaristía, presidida por el vicario padre Tomás Suárez y concelebrada por varios sacerdotes, así como el diácono antequerano Juan Manuel Ortiz Palomo, a cinco días de ordenarse sacerdote en la Catedral de Málaga.
El sol estuvo presente, por lo que los vecinos se cobijaban con abanicos durante algunos minutos de la Eucaristía. En la presidencia civil, el alcalde Ricardo Millán y rindiendo el Pendón, el edil José Ramón Carmona. El Vicario en la homilía expresó: “María, Mujer sencilla, Remedio de nuestra comunidad”.
Tras la misa, pasadas las 20 horas, se organizó la procesión por el recorrido de vuelta que fue: San Miguel, Peñuelas, Nueva, San Sebastián, Infante don Fernando y regreso a su templo. Una cruz parroquial con dos ciriales abrían la comitiva, seguidos del estandarte de la Esclavitud, acólitos con dalmática y el templete de la Virgen de Los Remedios, dirigido por Justo Moreno Muñoz, la representación municipal, devotos y la Banda Municipal de Campillos.
Al pasar por la calle Peñuelas, el colectivo vecinal le ofreció un ramo de flores, así como el Mayor Dolor al pasar por la puerta de San Sebastián. Y terminaron por la calle principal, cerrando sus cultos anuales y la visita en 2003 al Barrio de San Miguel que se volcó con la Virgen de Los Remedios.
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