No tengo libreto para la Navidad. Crearé un escenario. Mi set de rodaje está localizado en distintos puntos de mi mente y de mi espacio. A veces está cubierto de hierba espesa y verde, otras de azules diversos que portan piedras mágicas lamidas por un mar ausente. Que es ahora.
El escenario auténtico, no se deja cubrir por nieve de pega o muérdago de plástico. El decorado sencillo huele a velas blancas, y a bañados silencios. Mi Navidad no posee un gran árbol lleno de espumillones coloristas, bolas de colores, angelitos bobos o estrellas fugaces.
Mi Navidad tiene un árbol de flores níveas de pascua, de lazos turquesas y plata, de olor a cariño, de pequeñas figurillas robadas a una infancia feliz, de olor a viento de levante, de textura salada. Las luces brillan intermitentes entre las ramas, divertidas, felices de sentirse libres, alegres de haber vuelto. Sigo imaginando.
Imagino que será una Navidad llena de pensamientos alegres, que no vanos, alejados de las lágrimas, de charlas con mis hijas, de tardes de pastas y té, ese aroma que tanto nos gusta. De compras apresuradas, bulliciosas, llenas de jaleo, de calles, de gentes, de vecinos que saludan, de amigos que llaman.
No habrá ensayos previos de bailes o comilonas iremos al directo que es espontáneo y feliz como los ríos de los nacimientos que visito. Mensajes de amigos lejanos que colapsarán sentimientos y harán brillar las miradas. Esencias del pasado harán su aparición, así que las campanas volverán a sonar unas sobre otras y vibrarán las cuerdas de mi guitarra, porque en la puerta hay un niño más hermoso que el sol bello y dicen que tiene frío aunque la nieve no cubra nuestras calles.
Mi set de Navidad se va llenando de todo lo importante en estos días. Así que… Luces, cámara, acción! ¡Felices fiestas!
