Creador de emociones por medio de las suyas. Y con el toro, siempre. Persona valiente, libre y apasionada. Introvertido y serio en la primera impresión, pero bromista y risueño en las distancias cortas. 28 años y varias heridas fruto de su profesión y un ansia de triunfo que hace que Fortes siga adelante dedicado por entero a este arte. Cuando uno pone su cuerpo como instrumento para experimentar sentimientos dentro de sí, es cuando los demás pueden disfrutar con lo que uno hace, torear. Ocurre en el amor, en el juego, en el arte. Un toreo de Jiménez Fortes que se materializa en absoluta entrega a cambio de emocionar por el camino de la belleza.
Justo antes de saltar al ruedo busca inspiración en ocasiones y visualiza cuatro lances y una media. Tararea una canción para distraerse en otras, o busca valentía para ahuyentar el miedo. Normalmente habla consigo, se pide concentración para conectar con el animal y tener claridad sobre lo que el toro requiere.
Saúl Jiménez Fortes (Málaga, 1990) templa sus nervios cada tarde que sale a torear. Para él, el miedo no es un obstáculo y trata de esquivarlo enredándose en pensamientos que nada tienen que ver con el momento al que se enfrenta: “Cada vez que me dirijo a poner un pie sobre el albero de cualquier Plaza paso mucho miedo. Cuanto más importante es lo que te has propuesto, cuanto más aumenta tu compromiso, más son los precios que estás dispuesto a pagar. De hecho en mi carrera he pagado muchos y he soñado durante tiempo cosas que gracias a Dios no han ocurrido. Estos sueños han ido desapareciendo y ahora los temores son más artísticos. Pero considero el miedo como un buen aliado para que esté alerta y me avise de aquello que puede ir mejor”.
Taurino de cuna y corazón malagueño
Un niño al que se le despertó la inquietud taurina desde bien pequeño y quiso ponerlo en práctica ingresando en la Escuela Taurina de Málaga. Aunque tenía en mente el toro, también la Ingeniería Industrial formaba parte de su día a día. Saúl es el hijo menor del matrimonio entre Gaspar Jiménez, un banderillero que se retiró para ser empresario taurino, y Mary Fortes Roca, una de las primeras mujeres toreras de la transición española: “El toreo lo llevo en la sangre, por padre y madre. Además, he recibido educación taurina por las personas que me han ido rodeando y formando hasta llegar aquí y principalmente porque nací con ello”.
Un toreo que más que de profesionales lo aprendió de él mismo, de sus aciertos y de sus errores, no obstante, siempre atendiendo a consejos: “Creo que he sido muy humilde en este aspecto, a veces demasiado, hasta ser inseguro. Siempre he querido aprender más de los demás que de mí mismo. Eso me ha permitido absorber de cada persona que ha estado cerca, aunque pareciera una locura lo que decían, les escuchaba y lo comprobaba por mí mismo. Digamos que he sido un autodidacta con cientos de profesores”.
Y hoy…: “Mi toreo en este momento ha dado con un equilibro muy difícil de conseguir, entre la experiencia y la técnica aprendida para dominar el animal y la ausencia de ella para ser igual de inocente que cuando empecé. Creo que ese equilibrio, esa inocencia le da pureza a mi toreo y la experiencia me da regularidad y solidez. Por encima de esto, creo que lo que hago sale de un sentimiento muy profundo, poniendo mi corazón. Esa creo que es la clave para que, en ocasiones, otras personas se emocionen viéndome torear”.
Numerosos aficionados acompañan cada tarde a Saúl en sus citas taurómacas y es que él mismo se considera muy afortunado por el apoyo que recibe: “El miedo y la inseguridad siempre me acompañan, pero también la vocación y la capacidad para superarme día a día. Además, muchos amigos, seguidores y sobre todo familia siempre han confiado en mí y eso es de agradecer. Soy rico en fortistas. Eso me hace sentirme privilegiado”.
Y Fortes regresó a Antequera en su Feria
Antequera siempre fue un lugar apacible para los toreros. De Plaza pequeña, coqueta y cercana, con un público muy agradecido en la que los toreros se sienten cómodos y pueden disfrutar la tarde. A veces, circunstancias ajenas a los diestros hacen que una tarde que pudiere ser cumbre se torne: “Recibí la noticia de torear en Antequera con mucha alegría, consideraba mi inclusión en la goyesca justa por años anteriores, pero tanto en los primeros como en los segundos carteles no pudo ser. Al final el destino y el sentido común quiso que así fuera y por tanto pude darle a aquellos seguidores que estuvieron presentes lo que buscaban, disfrutar conmigo y mi toreo”.
Para Fortes, la tarde del pasado domingo fue fructífera, pudimos ver a un Saúl asentado en su toreo, seguro aunque expectante por el toro. Dos triunfos consecutivos en el mismo coso le valieron a Saúl para que numerosos fortistas peregrinaran a la ciudad del Torcal para disfrutar de su Goyesca: “El domingo me sentí en un principio responsabilizado porque quería hacer de esa tarde una tarde a recordar. Después me sentí feliz toreando, cómodo y satisrfecho porque sentí que en la misma tarde se vieron varias versiones de mi toreo lo cual me hace sentirme orgulloso”.
Antequera siempre le trajo buenos recuerdos y es que algunos de ellos se han quedado marcados en su retina para siempre: “Tengo recuerdos; una novillada en Mayo donde me ocurrió una experiencia grandísima con un novillo donde le pegué un muletazo prácticamente recogido en un desplante. Pasó por delante de mí y fue mágico. La silla famosa. Mi primera Goyesca con Ponce o mismamente algunos momentos de la tarde del domingo con el capote o el final prácticamente en trance de rodillas”.
Una mala tarde puede no ser la tarde soñada, ni tan siquiera un mínimo esbozo de lo que suele esperarse de alguien que ha entrenado para dar lo mejor de sí a un público que ansía vitorear faenas de pro. No obstante, cundo a Fortes no le acompaña la suerte trata de sortear los pensamientos que rondan su cabeza de la mejor forma: “Tras una mala tarde me encierro en mí mismo y apenas hablo. Pienso en lo que ha tenido de bueno lo que haya ocurrido, pero hasta que saco mis conclusiones e intento averiguar el por qué, lo paso mal. Me cuesta pasar página. Pienso demasiado”.
Una mirada al mundo del toro hoy en día
Todos los que amamos cada detalle de lo que tiene que ver con esta tradición sabemos que no corren buenos tiempos para ella, aún así, aún seguimos viendo cómo ante carteles atractivos y de calidad las Plazas siguen llenándose, algo cuanto más paradójico. Fortes concibe de una manera especial el toreo y es eso lo que pretende transmitir en cada una de sus tardes: “Para mí el toreo es lo que ocurre con el propio toro en la plaza y eso es y sigue siendo algo mágico, bello, trágico, único; como siempre ha sido. El toreo es un arte que solo sirve para complacerte a ti y a quien lo ve, luego desaparece. Torear no sirve para nada, no queda en ningún sitio, no tiene otra finalidad que no sea el hedonismo. Lo demás no me interesa”.
Surgió de su tierra natal con fundamento para liderar una próxima generación de figuras. Tras una prometedora carrera como novillero, tomó la alternativa en agosto de 2011 en Bilbao junto a El Juli y Talavante, y dos años más tarde, la confirmó en Madrid con Morante y Manzanares, casualmente mismo cartel que la Goyesca del domingo.Saúl no cambiaría nada de aquella tarde en la que, por vez primera, un novillero que no había debutado en Bilbao tomó la alternativa en su coso: “Las cosas aquella tarde pudieron ir mejor, pero creo que no cambiaria nada. Gracias a todo lo que me han enseñado esos momentos estoy aquí”.
Quienes saben de tauromaquia, quienes llevan años dedicándose a ella o apreciándola, dicen que se es torero dentro y fuera de la plaza. Que las verdaderas figuras viven con una disposición parecida a la de su oficio. Alguien que lleva impresas varias cicatrices y que sale numerosas tardes, con una espada bajo el brazo, a medirse con un astado de media tonelada. Porque de eso va esto: de morir o vivir, y ese es el caso del malagueño Saúl Jiménez Fortes. Más información, edición impresa viernes 1 de septiembre de 2018 (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).
