Aunque tan solo lleve poco más de un año con su estudio fotográfico en nuestra ciudad, Raúl Pérez García hace 20 años que se dedica profesionalmente a la fotografía.
Raúl Pérez tiene una filosofía de trabajo totalmente distinta a la de cualquier otro profesional de su sector: “Básicamente yo no empecé a trabajar en el mundo de la fotografía montando un estudio. Comencé en otra parcela como es la prensa que es muy distinta… Es por ello, que en la actualidad, la manera de tratar a los clientes o de realizar los encargos es muy diferente a tener una tienda física o estudio a la que conocemos”.
El cliente juega un papel fundamental en el proceso creativo de este fotógrafo antequerano donde le hace partícipe de una manera activa: “Cuando abrí el estudio no quería hacerlo de la manera a la que aquí estamos acostumbrados porque prefiero que se trate la fotografía con un poco más de consideración artística, no todo igual, sino que el cliente intervenga en el proceso creativo. Un ejemplo rápido es que si una niña de Comunión toca el violín, se traiga el instrumento a la sesión porque lo vamos a personalizar mucho más”.
El proceso creativo de Raúl Pérez García
Muchos son los proyectos que se conocen de Raúl, pero no su forma de llevarlos a cabo. En este sentido, el fotógrafo explica: “Lo primero que suelo preguntar al cliente es qué quiere y para qué lo quiere. Desde que se me plantea la idea inicial hasta que termina su desarrollo, la visión del cliente es muy importante para que se acerque todo lo posible a lo que busca”.Con el paso del tiempo la fotografía ha evolucionado a pasos de gigante y con ella la innovación y la creatividad en su proceso.
“Hasta hace unos años el fotógrafo estaba muy especializado y se han ido abriendo en el campo dentro de la fotografía… En mi caso trabajo a particulares y empresas en función de sus necesidades. El trato más personalizado y la manera de desarrollar el proyecto va de la mano con la idea del cliente”, concluye Raúl.
Vínculos cliente y fotógrafo
“Me gustaría animar a que el particular se haga fotografías, a él y su familia. Que de vez en cuando acudan a un fotógrafo profesional que retrate a esa familia porque el valor de la fotografía gana mucho con el tiempo. Que un fotógrafo profesional te haga unas fotos se diferencia mucho de las que nos hacemos habitualmente con los móviles. Aunque en un momento determinado yo mismo no caiga, al propio cliente se le puede ocurrir una serie de retratos… Es un trabajo muy bonito y libre”.