Como en otros cementerios de su clase, las hiladas de nichos superpuestos se adosan a los muros perimetrales, excepto en las últimas ampliaciones de 2003 y 2004 que van ocupando todo el espacio.
La zona antigua, se divide en cuatro patios y éstos a su vez, en otras tantas manzanas, en las que predominan las tumbas individuales, de tipo tumular, que tan solo llaman la atención por su homogeneidad en su sencillo diseño y en el mármol blanco empleado. Incluso el motivo iconográfico predominante es la cruz con sudario, aunque también pueden observarse algunas esculturas de motivos religiosos: María Auxiliadora, la Virgen del Carmen, San Rafael, etcétera. Excepcionalmente pueden verse algunos mausoleos en forma de capilla funeraria, llamando la atención los que acogen a tumbas de personajes que fueron destacados en la ciudad apellidados Rojas, Arreses-Rojas, Sarrailler y Auroux. El mausoleo de la famila Serrailler lo proyectó el arquitecto Aníbal González a finales de los años veinte del siglo XX.
Tras la capilla del cementerio, en una de las ampliaciones, se yergue un monumento conmemorativo dedicado a las víctimas de la guerra civil y fuera del recinto se sitúa otro monumento dedicado éste a quienes dieron su vida por la libertad y la legalidad constitucional.