viernes 22 noviembre 2024
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Príapo, el dios romano con el miembro más grande

Hoy quiero que conozcáis la historia del  “Mosaico de Bobadilla”. En 1891, el Conde de Bobadilla y Marqués de la Vega de Armijo,  Antonio Aguilar y Correa, encuentra el mosaico de Príapo, el dios condenado a tener el pene más grande de toda la mitología romana.

A finales del verano de 1891, los trabajadores de la Finca del marqués, día sí y día también, encontraban piezas de cerámica, vasijas, pedazos de mosaicos… Desconcertados por tales hallazgos, acudían a pedir ayuda a Antonio Aguilar y Correa.

Era un gran aficionado a la Arqueología y en seguida mandó realizar trabajos de excavación,  encontrando una máscara de mármol blanca, un ánfora llena de polvo de oro, puntas de flecha y hasta un hacha. Pronto se dio cuenta que estaban ante un hallazgo arqueológico sin precedentes en las tierras de Bobadilla. En pocas semanas recuperarían del olvido dos mosaicos de grandes dimensiones.A los pocos días y cuando ya empezaban a perder toda esperanza de nuevos descubrimientos, encontraron otro mosaico, uno era especial, “raro” y con una figura humana muy, muy desconcertante…  ¿Quién sería aquel hombre del mosaico? ¿Por qué aquel miembro de tan exageradas dimensiones? Mil dudas y ninguna respuesta afloraban en las mentes de aquellos hombres de finales del siglo XIX.Con estas palabras lo describía el noble cordobés: «Viste una túnica corta, que con ambas manos levanta por la delantera, ostentando en su falda recogida una porción de flores con sus vástagos y hojas, dejando al descubierto, al levantarla, el medio cuerpo inferior, enteramente desnudo, y el órgano de la generación de inusitado desarrollo». Sin duda se trataba del dios romano Príapo, el dios con el pene más grande y erecto de toda la mitología romana.

El mosaico de Príapo fue donado en el año 1892 por Antonio Aguilar y Correa al Museo de Antigüedades de Córdoba y su traslado fue una odisea. Ordenó que se enmarcaran con marcos y tablones de madera y que fueran forrados meticulosamente. El peso que alcanzaron en su totalidad para el traslado de los mosaicos fue de 14.170 kilos y el medio de trasporte elegido para aquella hazaña, el ferrocarril de Bobadilla a Córdoba. Los fondos arqueológicos de la Diputación Provincial de Málaga cuentan que en la Antequera de finales del siglo XIX fue todo un escándalo el descubrimiento de los mosaicos de Bobadilla y tal fue su repercusión que el Marqués fue obligado por la Iglesia a “tapar” con un velo el gran miembro de Príapo.Para todo aquel que esté interesado en visitar el “Mosaico de Bobadilla”, contaros que se encuentra en el Museo Arqueológico de Málaga y no en Córdoba, ya que  afortunadamente esta institución solicitó el depósito temporal de la pieza. En mi opinión personal los mosaicos de la Villa Romana de Bobadilla deberían de estar en el Museo de la Ciudad de Antequera.

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